Peligros en la piscina

La superficie del pavimento que bordea las piscinas de las piscinas debe ser plana, para evitar charcos, y con pendiente de al menos un 2%, e impermeable e imputrescible, resistente a los agentes químicos de depuración del agua.

Otro de los elementos que pueden causar accidentes por su mala colocación o rotura son las rejillas, y el Instituto de Biomecánica recomienda también prestar atención a las escaleras de acceso a las piscinas, que deben colocarse en las esquinas de los lados laterales (si la piscina es rectangular) o al menos una cada 15 metros (piscinas irregulares).

Las escaleras verticales deben ser de material inoxidable, alcanzar una profundidad bajo el agua de un metro como mínimo para facilitar su utilización por los bañistas, y la distancia entre el último peldaño y el suelo no debe generar riesgo por atrapamiento para niños.

La profundidad del vaso en piscinas infantiles será de 0,5 metros como máximo, mientras que en el resto de piscinas la profundidad será de 3 metros como máximo y contarán con zonas cuya profundidad será menor que 1,4 metros.

Respecto a la pendiente del vaso de las piscinas será como máximo de un 6% en piscinas infantiles, y entre el 6% y el 10% hasta una profundidad de 1,4 metros, y del 35% en el resto de zonas en piscinas de recreo o polivalentes.

Otras de las lesiones o situaciones de riesgo que aparecen en las piscinas están ocasionadas por las boquillas de impulsión o succión del agua, donde se han llegado a ahogar personas al quedar atrapadas, y el instituto advierte también del peligro de las corcheras, como elemento separador de zonas, por falta de mantenimiento.

El Instituto de Biomecánica recomienda que se hagan revisiones periódicas de las instalaciones de forma que se minimicen los accidentes, sobre todo en esta época del año en la que las piscinas son un foco de atracción de un gran número de personas. EFE