La otra cara de la fuga de cerebros: tres de cada cuatro jóvenes nunca trabajarían fuera

E spaña es uno de los países de la UE con menor porcentaje de movilidad juvenil según los datos revelados por la campaña « Juventud, Empleo y Formación en la UE» , llevada a cabo por instituciones comunitarias, y que muestran que sólo el 6,9% de nuestros jóvenes han salido a trabajar fuera y un 15% lo han hecho para estudiar.

Los datos de paro en los menores de 25 años son reveladores. Un 52% no tienen trabajo. Pese al oscuro horizonte que se le plantea a la enésima «generación mejor preparada de la historia» sólo un 25% de ellos se plantean la salida de España. Y eso pese a que el 72% de los participantes reconocen que es más fácil encontrar trabajo fuera de España.

El tópico de «generación mejor preparada de la historia» contrasta con los problemas que los jóvenes de este país tienen para ingresar en el mundo laboral. Quizá sea necesario una profunda reforma del sistema educativo, quizá cambiar la mentalidad de los jóvenes, el caso es que mientras tanto, casi la mitad de ellos ven como las hojas del calendario van cayendo irremediablemente mientras sus posibilidades de independizarse, aunque solo sea económicamente, se vuelve cada vez más y más complicadas.

Para el director de la Representación de la CE en España la alta tasa de paro entre los menores de 25 años «no es imputable a la juventud española , que está más preparada que nunca» ha reconocido.

Muchos de nuestros jóvenes mejor preparados están viéndose obligados a probar fortuna en otros países, aunque no por gusto, ya que una gran mayoría de los jóvenes son profundamente reacios a salir de España . El 75% de ellos ni si quiera se lo ha planteado, mientras que el 94% nunca ha solicitado ayudas europeas para hacerlo. Sin embargo, la crisis puede hacer que veamos algunas de las mejores mentes de nuestra generación lejos de España.

La iniciativa «No me paro» es una propuesta de la Unión Europea para promover la movilidad de los jóvenes dentro del ámbito comunitario. A través de la página web nomeparo.eu se pueden solicitar ayudas y conocer los distintos programas para fomentar la unión de los europeos. Y es que la mayoría de los jóvenes estudiantes de España solo serían capaces de citar la beca Erasmus como única ayuda que ofrece la UE, cuando hay muchas e interesantes ofertas, y no solo para jóvenes estudiantes.

Una de las reivindicaciones de los participantes en el estudio es aumentar la edad del concepto de joven más allá de los 30 años para que éstos, y los no titulados, también puedan participar de los programas de formación y empleo. Uno de los motivos de esta petición es que hay que tener en cuenta que la etapa de formación y la edad a la que se accede al primer trabajo cada vez más se alarga más.

Otras de las principales reivindicaciones de los jóvenes es la de aumentar la cuantía de las becas, aunque para el responsable de la CE en España: «Financiar el cien por ciento de las estancias no es la solución más adecuada» , ha reconocido. Se plantean opciones como que los jóvenes puedan lograr ingresos en los países a los que vayan por otras vías.

En este contexto solo el 1,7% de estudiantes se mueven buscando nuevas experiencias formativas, pero no es solo el desconocimiento sobre los programas de movilidad y la desinformación sobre las ayudas lo que hace que tan pocos jóvenes salgan. Los más de 3.500 encuestados alegan como principales motivos la falta de financiación y el desconocimiento de idiomas . Pero hay muchos más factores.

El miedo siempre provoca parálisis. Los jóvenes españoles tienen demasiados miedos e inseguridades. Temor por lo que van a encontrarse fuera; recelo a abandonar las comodidades del hogar familiar; aprensión a sentirse peor preparados que sus colegas europeos. En definitiva, miedos que atan a los jóvenes españoles a preferir seguir viviendo en un país en el que uno de cada dos menores de 25 años están en paro.

Y entre tantos temores encontramos las barreras históricas que han bloqueado a muchos españoles. Falta de formación en áreas especializadas, burocracia que complica las cosas, y por supuesto, el temido segundo idioma, una utopía para muchos jóvenes y no tan jóvenes de nuestro país. Y sin embargo el estudio revela una barrera sorprendente. Algunos participantes alegan que un motivo para no salir que es el «excesivo proteccionismo» y las reticencias que encuentran en sus familias .

El miedo a lanzarse al vacío, a arriesgarse, es otra de las constantes mostradas por los jóvenes que participaron en el programa. La gran mayoría reconocía que veían una gran barrera en el hecho de trasladarse a un nuevo lugar; y tener que vivir durante un tiempo con una situación económica precaria . Por eso los únicos que se arriesgarían a salir de su «zona de confort» son los que tienen la certeza de que encontrarían un puesto laboral adaptado a su formación.

En cuanto a la relación de los estudiantes con Europa, la campaña arroja unos datos sorprendentes. El 80% de los participantes dice sentirse europeo, y un 18% más europeo que español, aunque el 25% no se plantea trasladarse a otro país de la Unión. Tras celebrarse las jornadas informativas, sufragadas por la propia UE, el 90 % de los participantes decían plantearse la salida a alguno de los países comunitarios.

Jóvenes de Vigo, Valladolid, Valencia, Barcelona y Sevilla han participado en los encuentros directos, y otros tantos a través de las redes sociales. En total se han recogido más de 3.400 aportaciones y opiniones de menores de 30 años. Todo para demostrar que algo que ya sospechábamos, la fuga de cerebros es más una realidad necesaria que deseada.