Una rebelión «tory» amenaza el proyecto de reforma de la Cámara de los Lores
El Gobierno británico podría ser derrotado hoy por la oposición laborista y al menos 70 «rebeldes»
borja bergareche
Una alianza contra natura de diputados laboristas y conservadores podría infligir esta noche una derrota parcial a los planes del gobierno de coalición, que dirige David Cameron , de introducir en la Cámara de los Comunes un proyecto de ... reforma de la Cámara de los Lores . El viceprimer ministro, Nick Clegg , inauguró ayer una acalorada sesión parlamentaria de dos días enumerando sus argumentos para transformar la Cámara Alta. El proyecto es necesario «porque creemos en la democracia, para tener mejores leyes y porque no podemos rehuir la reforma», dijo el líder liberal.
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Clegg ha empeñado su capital político en una de las medidas estrella introducidas por los Liberal Demócratas en el acuerdo de gobierno de coalición, un proyecto muy querido en sus filas puesto que fueron los liberales quienes impulsaron la primera gran reforma de los Lores en 1910.
El Ejecutivo podría perder un voto sobre la limitación a diez días del debate de la reforma
Un ciclo histórico que aspiran a cerrar ahora, pero que cuenta con la oposición frontal de parte del grupo parlamentario conservador. Setenta diputados «tories» han remitido una carta al Gobierno en la que anuncian que votarán esta noche en contra de una moción procedimental, introducida por el Ejecutivo, que limitaría el debate sobre el proyecto de reforma de la Cámara Alta a un máximo de diez días. La carta es apoyada por un centenar largo de parlamentarios conservadores, un tercio del total (306). La oposición laborista , aunque oficialmente apoya la reforma de los Lores, mantiene una ambigüedad calculada y votará hoy en contra de la limitación del tiempo de los debates, mientras el Gobierno maniobra para impedir que la minoría «rebelde» logre paralizar la introducción del proyecto y su debate en los Comunes.
Malcolm Rifkind , ministro en varios gobiernos de Margaret Thatcher , cargó este lunes contra un proyecto «que hará más daño que otra cosa a nuestro sistema institucional y que sustituirá a los mejores profesionales de este país por miembros de una Cámara que, en realidad, aspirarán serlo de esta», dijo.
División de los conservadores
El Partido Conservador se ha partido, de facto, en dos en el Parlamento y los «rebeldes» han creado sus propias estructuras paralelas de control (whip) de los diputados. Con solo dos ministros conservadores, además de ocho liberales, presentes este lunes en el debate, muchos parlamentarios «tories» perciben la timidez con la que apoyan el proyecto liberal los pesos pesados conservadores en el Gobierno.
Clegg aseguró provocadoramente que «solo Lesotho» tiene una segunda cámara no electa . Pero su posición parece débil. Aunque todos los partidos proponían reformar la Cámara Alta en sus programas, el proyecto del Gobierno solo parece contar con el apoyo de casi todos los liberales, de muchos laboristas y de unos pocos «tories».
La opinión pública, por su parte, no parece muy motivada por los planes de pasar de una Cámara de 826 miembros —nombrados por sus méritos cívicos o como premio a una carrera política— a una especie de Senado de 450 miembros elegidos a partir de 2015 en circunscripciones regionales. Un 20% sería nombrado como ahora por sus logros profesionales, para mantener la superioridad «cualitativa» que casi todo el mundo reconoce a los Lores, donde la media de edad es de 68 años.
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