libros de vino y rosas
«El autoestopista de Grozni y otras historias de fútbol y guerra»
Ramón Lobo. Ed. Libros del K.O. 64 pág. 6 €.
manuel de la fuente
Las horas se van en un suspiro, a la velocidad de Jordi Alba por la banda. La Eurocopa ya es historia. Para nosotros, Historia Sagrada . A la tercera también ha ido la vencida, y la Roja sigue en órbita.
Se ... fue la Eurocopa, pero el fútbol nunca se va, sencillamente porque el fútbol nunca muere, el balompié es eterno. Porque se ha convertido en uno de los ejes (no exageramos) sobre los que gravita la vida en nuestro planeta. El fútbol es el bazar de las sorpresas y el mercado de los deseos. La tierra de los sueños, el territorio de la utopía, donde los pequeños pueden plantarle cara a los grandotes, donde dos y dos no siempre son cuatro.
Ramón Lobo es un curtido y talentosísimo centrocampista del periodismo, aunque como periodista de raza que es puede jugar en otras posiciones. Cuenta la leyenda que un día, allá por 1992, con un contrato delante de sus ojos, le hicieron la pregunta de su vida: «¿Te irías a Sarajevo?» . La leyenda apunta también la respuesta de Lobo, casi un aullido: «Llevo 15 años esperando que alguien me haga esa pregunta».
Avenida de los Francotiradores
Sarajevo no era la Costa Azul, exactamente. Sitiada, asfixiada, atormentada por la guerra, los francotiradores serbios daban triste y trágico nombre a una avenida, y los periodistas hacían lo que podían. Ramón Lobo era uno de ellos, y desde que se metió en aquel fregado ya no pudo dejarlo. A la guerra jamás se le coge el gustillo, por mucho que se empeñe uno. Pero se hace más tragable, más llevadera cuando ese uno sabe que es los ojos de los que tal vez no puedan vivir para contarlo , cuando es la voz de los quizá no escapen a la escabechina.
Sierra Leona, Haití, Afganistán, Ruanda, Chechenia... este Lobo estepario del periodismo no se perdió ninguna. Pero además de salvar el pellejo y echarse al coleto lo peor y lo mejor de la especie humana aprendió una cosa por encima de todas: el fútbol salva distancias, borra fronteras, anima corazones, casi hace milagros.
Sarajevo... gol de Zamorano
Madridista confeso , en Bosnia estaba cuando un gol de Iván Zamorano al Dépor le dio el título de Liga al Real Madrid en la temporada 94-95. Faltaba casi medio año para la firma de los Acuerdos de Dayton , primer y decisivo paso para acabar con la Guerra de los Balcanes . Zamorano marcó en el corazón merengue de Ramón Lobo gracias a una caja de chinchetas , objeto del que el periodista no se desprendía jamás. Gracias a ellas, a las chinchetas, pudo sostener su radio Sony, por la que se coló el poderoso delantero centro chileno y el gol del Madrid.
En Bosnia, Lobo también sirvió de correo entre Meho Kodro , el gran delantero centro bosnio de la Real Sociedad y su familia sitiada. Y en África, Lobo aullaba de alegría cuando veía que el fútbol podía servir de vehículo integrador para los niños destrozados por la guerra y la violencia, para los niños soldado, para los niños víctimas. Allá donde fue el fútbol siempre era una noticia esperanzadora, aunque sus interlocutores fueran acérrimos de Hristo Stoichkov , y se resguardaran de los obuses embutidos en los colores del Barça .
Otro hooligan ilustrado
Estas historias son las que nutren «El autoestopista de Grozni y otras historias de fútbol y guerra» , otra entrega de la maravillosa serie de Hooligans Ilustrados de la editorial Libros del K.O. donde Ramón Lobo ha preferido el juego directo al tiqui-taca, como se antoja en un corresponsal de guerra, pero en estas páginas está toda la pasión y la universalidad del balompié, sean cuales sean latitudes y longitudes. Un relato a corazón abierto, donde gana la emoción por goleada .
Como él mismo Lobo escribe: «El fútbol inicia conversaciones y las concluye, crea amistades súbitas y las rompe, agiliza trámites y los empantana. El fútbol acerca culturas, borra fronteras y difumina clases sociales; permite penetrar en el alma de las personas sobre las que el reportero va a escribir. Saber de fútbol no es de derechas o de izquierdas, embrutecedor o inteligente, es solo un conocimiento útil, una herramienta de trabajo».
Pero seamos serios... ¿alguien sabe cuándo coño empieza la Liga, que ya está tardando?
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