Abertis ve "necesario" que se generalice el cobro de peajes en la red de carreteras
El presidente del grupo, Salvador Alemany, aboga por constituir una nueva Empresa Nacional de Autopistas para rescatar a las vías al borde de la quiebra
M. V.
El presidente de Abertis, Salvador Alemany, ha defendido que se generalice el cobro peajes en toda la red de carreteras del país, de forma que las autovías hasta ahora gratuitas pasen a ser de pago. "El pago por uso se está implantando en toda Europa ... y necesariamente se tiene que imponer tambien en España", ha dicho, justificando que el dinero público hoy en día no es suficiente para mantenerlas.
"Además, los ciudadanos no entienden que tengan que pagar en una autopista y puedan circular gratis por una autovía que hace un recorrido prácticamente igual", ha explicado el máximo dirigente del grupo en Santander durante un curso organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y BBVA.
Las palabras de Alemany coinciden así con las del presidente de la Asociación de Sociedades Españolas Concesionarias de Autopistas (Aseta), José Luis Feito, que ayer calificó de "necesidad inminente" la posibilidad de cobrar un peaje por circular por toda la red de carreteras. La patronal incluso estima que esta medida será una realidad en un futuro "muy próximo", probablemente antes de finales de año.
Alemany ha dicho además que parte del dinero que se recaudase por esa vía permitiría aliviar la situación de las autopistas en dificultades o en quiebra. En este sentido, el empresario no ha descartado que se tenga que volver a contituir una empresa nacional de autopistas para salir a su rescate, como se hizo en los años 80. En todo caso, Alemany ha matizado que "el presupuesto público debe asumir sus responsabilidades, pero no devolver el dinero a los inversores que entraron en un negocio que entraña sus riesgos".
Del mismo modo Alemany cree que los ingresos derivados de la posible privatización de algunos aeropuertos como Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat permitirían al Estado dar oxígeno a los aeródromos españoles deficitarios.
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