El drama de «Las hogueras de San Juan»

El drama en tres actos de Juan Ignacio Luca de Tena abordaba con fina sensibilidad «la lucha en una misma persona entre sentimientos incompatibles», la vocación religiosa y el amor por una mujer, según explicaba el autor en una entrevista en el diario La Voz . El 5 de marzo de 1929 se estrenó la obra en el Teatro Español de Madrid y por primera vez en España se transmitió por radio un estreno teatral.

Dos meses antes la compañía Guerrero-Mendoza la obra había cosechado grandes elogios en el teatro Principal de Zaragoza. «Juan Ignacio Luca de Tena (...) ha llevado esta vez a la escena un hondo problema de sentimiento, con el brío bastante a plantearlo y resolverlo de acuerdo con la lógica de sus personajes. Y ha preferido aceptar y afrontar la crudeza de algunas situaciones mejor que procurar desvanecer los caracteres firmes, definidos, en una subordinación insincera y provechosa, a los prejuicios en uso», escribía el crítico del Heraldo de Aragón, don Manuel Casanova y recogía Santorello en Blanco y Negro .

El hijo del fundador de ABC , que comenzó con apenas 17 años su trayectoria en el teatro con la comedia «Lo que ha de ser» (1916), hablaba así en las páginas de este diario de su primer drama : «He pretendido que sea claro, sencillo y humano y que su interés dependa tanto de la acción como de las reacciones psicológicas de sus personajes» (...). El título del drama y el drama mismo responden a dos sentimientos encontrados que alientan y agitan en el corazón y en el cerebro del protagonista. Fatalmente uno de estos dos sentimientos ha de imponerse a su contrario, porque el triunfo de los dos es imposible. No se impone, prevalecen los dos, y de ahí nace el drama y su desenlace trágico, el cual, a mi juicio, es humano».

El matrimonio formado por los actores Carmen Larrabeiti y Carlos Díaz de Mendoza , hijo de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza, junto a Emilio Thuillier en el papel del tío y obispo llevaron a escena la obra, acompañados de Rosario Pino, Socorro González, Encarnación Bofil, Ricardo Juste, José Guerra, José Capilla, Carlos Casterot, Ángel Ortega y Fausto Montojo.

Hay quien quiso ver en la lucha interna que libraba el protagonista de «Las hogueras de San Juan» un paralelismo con la vida de su autor, que compaginaba el teatro con el periodismo. Precisamente en 1929, tras la muerte de su padre, don Torcuato Luca de Tena, asumiría la dirección de ABC. El propio Juan Ignacio respondería a la pregunta de Abraham Polanco en La Voz sobre qué le gustaba más: el periodismo o el teatro: «Me gustaba más el teatro, pero a la fuerza ahorcan».

Escritor, editor, director, diplomático (fue embajador de España en Chile y en Grecia), el polifacético primer marqués de Luca de Tena sería caracterizado años después por Antonio Mingote como un caballero con la lealtad como insignia, ABC como su castillo y el teatro como su aventura. Una aventura en la que obtuvo importantes reconocimientos como el Premio Piquer a la mejor comedia del año otorgado por la Real Academia Española por «¿Quién soy yo?» en 1935. En 1949 recibió el premio Nacional Jacinto Benavente por la comedia «Dos mujeres a las nueve» y dos años después obtuvo el premio Agustín Pujol por su drama «El cóndor sin alas». Entre sus obras destacan también la comedia «Don José, Pepe y Pepito» y las históricas «¿Dónde vas Alfonso XII?» (1957) y «¿Dónde vas triste de ti?» (1959).

En un número especial publicado en ABC en 1997 con motivo del centenario de su nacimiento, el crítico y escritor Enrique Llovet escribió: «Sería muy simple decir que Juan Ignacio dio al teatro lo que el teatro de su tiempo exigía. pero esa es la verdad».