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ABC Cultural

Bienaventurados los ojos que vieron a Morante en Alicante

El torero regaló unas gafas para la «ceguera» al presidente, que le robó la puerta grande

Bienaventurados los ojos que vieron a Morante en Alicante efe

ROSARIO PÉREZ

Imposible torear más despacio que Morante. El de La Puebla del Río rompió todos los moldes y devolvió la libertad de la pasión con un «Libertador» por el que pocos apostaban. Agradecido tiene que estar Fernando Domecq al sevillano porque su toro fue a más ... en las manos de un artista de muleta adelantada, cintura rota y hondura. No hay torero en el escalafón que se parezca a él. Ni siquiera que guarde un parentesco lejano.

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