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Disidencia en China, la literatura de la herida

La represión maoísta, la nula memoria histórica, la falta de libertades políticas. Contra todo eso alza su voz la literatura disidente china. De Liu Xiaobo a Chan Koonchung

andrés ibáñez

LOS DISIDENTES, 1. En el año 2008, unos trescientos intelectuales chinos firmaron el documento llamado Carta 08 , en el que pedían reformas democráticas en su país. Uno de los redactores de este documento fue el escritor e intelectual Liu Xiaobo , que fue condenado a 11 años de cárcel por «incitar a la subversión del poder del Estado» y que en el año 2010 ganaría el Premio Nobel de la Paz. Otro de los firmantes de esta carta, el escritor y ensayista Yu Jie , fue detenido y torturado . Los oficiales de policía que le golpeaban le amenazaron con enterrarlo vivo, una práctica tristemente corriente durante los años del Gran Salto Adelante, que marcaron la época más negra del gobierno de Mao Zedong. En un artículo publicado en The Washington Post, Yu Jie , ahora exilado en Estados Unidos, afirma que numerosos escritores y abogados disidentes han sido torturados, sometidos a chorros de aire helado y a continuación asados en hornos eléctricos .

LA LEY. La Constitución de la República Popular China reconoce la libertad de expresión, de reunión, de asociación y de manifestación. Sin embargo, cualquier intento de crítica se ve obstaculizado por las leyes que persiguen la llamada «perturbación del orden social». Las leyes chinas están escritas en un estilo tan vago e impreciso que es muy difícil saber qué es exactamente «perturbar el orden social». Por otra parte, los disidentes no suelen ser juzgados públicamente , sino en vistas secretas y expeditivas de las que no queda constancia legal y que, por lo tanto, no crean jurisprudencia. En su libro Constitutional Law in China, Lin Feng afirma que China no es todavía un pleno Estado de Derecho, y que la noción de una rule by law (imperio de la ley), es decir, un sistema en el que todos han de someterse a la ley y en el que la ley está por encima de todos y afecta a todos, es contraria a la mentalidad china. En la práctica, el gobierno y el Partido Comunista retuercen la ley a su antojo , y no ven mayor problema en actuar de esta manera.

LOS DISIDENTES, 2. Gao Xingjian , autor de La montaña del alma, Nobel de Literatura exiliado en París, propugna (en las páginas de En torno a la literatura) una escritura «fría» y sin «ismos». Bei Dao , uno de los poetas modernos más célebres, perteneciente a la tendencia «neblinosa» (modernista) de la poesía china y también exilado, escribe en Paisaje sobre cero: «Los arqueros de la libertad fuera de sus pueblos / escuchan los vientos de la historia». Después de la masacre de Tiananmen , el novelista Ma Jian se autoexiló de China. Su obra más conocida es Pekín en coma, un fascinante fresco del país escrito en un estilo elegante, tenso y lleno de detalles que recuerda a la literatura americana. Ma Jian ha vuelto a menudo a China y solo recientemente se le ha negado la entrada. Mucho más dramático es el caso de Liao Yiwu , poeta, músico, escritor, torturado en prisión hasta casi perder la razón , que ahora vive en Alemania y que es autor de numerosos libros basados en testimonios orales de prisioneros y de campesinos.

LA SOCIEDAD DE LA ARMONÍA. China nunca ha roto con su pasado maoísta, aunque ya desde los años 70 (la «literatura de la herida») se viene produciendo una literatura crítica con las hambrunas del Gran Salto Adelante y de la represión de la Revolución Cultural . El país sigue siendo gobernado por el todopoderoso Partido Comunista, aunque del «socialismo con características chinas» de Den Xiaoping hemos pasado en la actualidad a la «Sociedad de la Armonía» de Hu Jintao, un concepto de fuertes resonancias neoconfucianas. ¿Sigue China siendo un país comunista?

LOS DISIDENTES, 3. Gao Zhinsheng , autor de Una China más justa, fue detenido, torturado, juzgado y condenado a tres años de cárcel . La sentencia fue suspendida, y más tarde Zhinsheng sufrió un intento de asesinato, «desapareció» en varias ocasiones y finalmente fue encarcelado. Zhou Youguang , el inventor del pinyin (chino escrito con el alfabeto latino que es ahora la base del aprendizaje escolar en China), traductor de la Enciclopedia Británica y autor de cuarenta libros, es, a sus 106 años, prácticamente un recluso en su propio hogar a causa de sus críticas al gobierno chino y su defensa de la democracia. Su último libro de ensayos ha sido prohibido.

LA AMNESIA. Si bien se admite que el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural fueron errores, la actitud china oficial ante el pasado parece consistir en un olvido sistemático y deliberado . Ni los museos ni los libros de Historia hablan de estas etapas, del mismo modo que no está permitido hablar sobre los sucesos de la plaza de Tiananmen . Para el occidental resulta inexplicable, al mismo tiempo, que muchas novelas claramente críticas de la Historia reciente se publiquen en China sin problemas, por ejemplo las maravillosas novelas de Mo Yan , con sus recreaciones de una vida rural llena de fantasía y de violencia ( Sorgo Rojo , La república del vino), o una obra como Brothers, de Yu Hua , feroz parodia de la Historia china reciente, desde Mao al capitalismo salvaje, que ha tenido un millón de lectores en China. Sin embargo, The Fat Years (Años de prosperidad), de Chan Koonchung , ha sido prohibida. Su tema es, precisamente, la amnesia, ya que trata de la misteriosa desaparición de un mes entero de la memoria colectiva y de la Historia oficial.

LA OPACIDAD. La impresión final de cualquier ojeada al fenómeno chino es de incomprensión. Nos faltan datos para comprender por qué parece haber tanta represión ideológica por un lado y tanta libertad expresiva por otro. Gao Yaojie, una doctora que escapó de China en 2009, se enfrentó a las autoridades al revelar el escándalo de la venta de sangre en las zonas rurales , una práctica que llegó a convertirse en un modo de vida para muchas personas pobres. Pero Yu Hua reveló los mismos hechos en Crónica de un vendedor de sangre, un libro que no fue prohibido. Es evidente que no podemos entender China basándonos en otros modelos. Pero saber esto ya es saber algo.

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