La crisis no respeta ni a las ONG
La situación económica actual ha modificado el tipo de pobreza, de voluntariado y ha generado grandes pérdidas entre las organizaciones que limitan o incluso cesan sus actividades
La crisis ha cambiado el perfil de la pobreza, del voluntariado, y está dejando a las entidades sin ánimo de lucro con unos recursos cada vez más limitados que, consecuentemente, merman su capacidad para atender a aquellos que lo necesiten e incluso provocan que tengan que detener sus actividades.
Esto tiene un doble origen . De un lado, las medidas de austeridad que se han tenido que tomar en España han supuesto una reducción de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y, del otro, está el panorama social español , con un crecimiento exponencial de los problemas nacionales, como el paro, que hacen que, a nivel particular, las donaciones también se hayan visto reducidas.
Así, según los datos aportados por « Plataforma 2015 y más », el Ministerio de Asuntos Exteriores ha sufrido el mayor descenso relativo de fondos en los Presupuestos Generales del Estado de 2012, suponiendo un 54,4%, mientras que el recorte se sitúa en el 16,9% . De ese porcentaje, aproximadamente el 70% recae sobre el programa de Ayuda Oficial al Desarrollo.
«Las dimensiones de este recorte en este sector es mucho mayor que en otros ministerios. Así, para muchas ONG va a suponer el cese de sus actividades si dependen de fondos públicos. Pero no solo eso, también va a generar la destrucción de puestos de trabajo . Las grandes organizaciones o lo han hecho o lo están haciendo ya», explica a ABC.es Pablo José Martínez Oses, de «Plataforma 2015 y más».
Es el caso, por ejemplo, de Ayuda en Acción , que hace unos días se ha visto obligada a empezar un ERE que afectará al 25% de la plantilla. « Todas nos hemos visto afectadas por la crisis . En nuestro caso, que trabajamos fuera de España, estamos viendo cómo se da un fenómeno que es el de que los que pueden seguir ayudando piensan que es el momento de hacerlo más a nivel nacional. Pero la misión sigue siendo igual de importante fuera. Desde el 2008 las donaciones particulares se han ido reduciendo y cada vez nos cuesta más captar nuevas aportaciones. Esto se traduce en que tratamos de adaptarnos a la nueva situación minimizando todo lo posible el impacto en los proyectos».
Menos fondos públicos y privados
Otras organizaciones, como PLAN , se han visto perjudicadas por la cancelación de proyectos: «Al igual que otras organizaciones no gubernamentales, PLAN también se ha visto afectada por la disminución de fondos públicos tanto en la cooperación centralizada como en la descentralizada. Es el caso de la convocatoria de convenios lanzada en 2011 por la AECID, que ha sido cancelada. Sólo se mantiene la financiación de aquellos convenios previamente comprometidos y pertenecientes a convocatorias anteriores. En cuanto a la cooperación descentralizada, hay alguna Comunidad Autónoma que no nos ha ingresado los fondos que ya estaban adjudicados por lo que lo más probable es que se produzca un retraso en la ejecución de los proyectos», explica Concha López, directora general de PLAN Internacional en España.
Con todo, el descenso de las subvenciones públicas no es algo aislado de este año ya que desde que comenzó la crisis la ayuda española se ha reducido en un 40% y el 50% de lo destinado a combatir el hambre se ha dado en forma de créditos que los países más empobrecidos deberán devolver con intereses. Es más, según expone Intermón Oxam en su informe «La realidad de la ayuda 2011», las partidas para financiar los servicios sociales básicos como salud y educación se han reducido casi a la mitad.
Ganas de colaborar
En lo que respecta a las donaciones particulares cabe destacar que la vocación por ayudar sigue siendo la misma aunque también se ha modificado el lugar al que se quieren destinar las aportaciones: «Los recortes son cada vez más profundos y las necesidades cada vez más amplias. Pese a ello, la sociedad está ahí, reconduciendo la situación hacia, eso sí, un ámbito más local. En lugar de destinar su ayuda a un ámbito internacional, lo hacen más en lo local en muchas ocasiones», explica a ABC.es Ramón Pina, de la Fundación Achalay .
Según el último informe de la Asociación Española de Fundraising , el 9% de la población española colabora económicamente con una ONG, ya sea de forma puntual o regular. Este porcentaje supone 3,6 millones de donantes que en total destinan al año 670 millones. Sin embargo, pese a esta voluntad de colaboración, la realidad social dificulta que ésta se mantenga o que vaya en aumento debido a que lo que no se mantienen constantes son los recursos. Prueba de ello es el hecho de que un 17,2% de los españoles haya finalizado, reducido o sustituido su colaboración económica con estas organizaciones el pasado año.
El estudio elaborado conjuntamente por la Fundación Adecco y Achalay expone estos datos así como los principales motivos de este descenso de aportación: un 95,7% lo justifica vinculándolo a la crisis y al consecuente descenso de sus recursos económicos. Ese es el motivo también por el que a la hora de donarlos, se han vuelto más selectivos y exigentes, con el fin de obtener garantías sobre el destino de su dinero.
Seguir adelante
Desde Amnistía Internacional , que cuenta solo con las aportaciones de personas físicas, tal y como explica a ABC.es la responsable del Departamento de socios, social y fondos, Concha Martínez, de momento mantienen los planes previstos a principios de año ya que aunque el crecimiento «no ha sido el esperado» , tampoco ha decrecido.
Los que ahora no pueden colaborar nos dicen que lo harán
En una situación parecida se encuentra Médico Sin Fronteras : «El año pasado tuvimos una financiación pública española que fue del 2%. Nosotros basamos nuestra actividad en las donaciones de los particulares que, aunque no han crecido todo lo que estaba previsto, tampoco han decrecido. Mucha gente nos llama diciendo que ahora mismo no puede colaborar pero que cuando las cosas cambien lo harán, y eso nos llena de orgullo», explica el responsable de Relaciones Externas de esta organización.
Al margen de estas organizaciones de gran tamaño, las más perjudicadas están siendo, tal y como explica Ramón Pina desde Achalay, «las más pequeñas, como las que se dedican a tratar a jubilados o centros juveniles , que dependen solo de las aportaciones de administraciones como ayuntamientos. Muchos de ellos se han visto obligados a detener el 100% de sus actividades »,
Ante esta situación, varias organizaciones han alzado ya sus voces para que en tiempos de crisis reducir su financiación no se convierta en la primera opción y más aún teniendo en cuenta que si hay algo que también deja la situación actual es un nuevo perfil de pobreza. Tal y como explica Cáritas esto hace que actualmente los programas «estrella» sean los que actualmente se destinan a los «Servicios de Acogida» y «Empleo» . De hecho, solo en nuestro país, el número de personas atendidas por esta organización ha pasado de las 370.251 de 2007 al 1,11 millones en 2011 , de los que un tercio de ellos lo ha hecho por primera vez.
También en España, la Plataforma de ONG sobre Drogas y Adicciones (PODA) manifestaba recientemente cómo la crisis y los consecuentes recortes han provocado una limitación de sus recursos disponible s hasta el punto de que ya se han visto con «graves» dificultades para satisfacer la demanda ya que «una parte sustancial de las entidades del sector y un tercio de los dispositivos están cerrado o en proceso de liquidación».
Son ejemplos de una nueva realidad que deja la crisis, a la que no le importa convertir a las ONG en una víctima más.
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