Joaquim Gomis, poesía y realidad en la Galería Eude

Su trabajo como industrial técnico le llevó a muchas ciudades importantes como Londres donde se adentró en sus parques y retrató escenas cotidianas que sesenta años más tarde nos parecen una delicia. Misterio y romanticismo se dan la mano en las instantáneas del Hyde Park.

Su pasión por el hierro también queda patente de la mano de algunas locomotoras de trenes que fotografió cuando apenas tenía catorce años con su primera cámara y de diferentes perspectivas de la Tour Eiffel que le recordaban a los juegos de Meccanno que tanto le entusiasmaron en su infancia. El Mediterráneo también fue una de sus pasiones; Montgat, Calella de Palafrugell, Pollensa, Ibiza…

Gomis buscaba el detalle. Por eso sus fotografías son siempre sorprendentes. Buena prueba de ello la puerta de la casa de Miró, Son Boter, en Mallorca, que retrata con la raíz de una caña difícil de identificar que había colocado el propio Miró. Compañeros y amigos, Gomis no fue su fotógrafo oficial (categoría que sí que tuvo Català Roca) sino su fotógrafo-colega. En la Galería Eude podemos admirar una entrañable imagen donde se ven a Miró y Sert ya maduros charlando de sus cosas (1981).

Por último, el visitante también puede apreciar dos litografías de Miró que se fusionan a la perfección con la atmósfera de Gomis.