medio ambiente
Pruebas de paternidad para pollos
Para evitar expolio de nidos y mercado negro de aves rapaces, la Comunidad de Madrid realiza un análisis de ADN a los polluelos que nacen de las parejas de aves que tienen los cetreros
noemí lópez trujillo
Akhasa y Enkir han sido padres hace apenas unas semanas. Siete son los polluelos de cernícalo que han nacido, aunque sólo tres serán sometidos a un análisis de ADN para determinar que, en efecto, Akhasa y Enkir son los progenitores de las crías. ... Se trata de una medida de control de la Comunidad de Madrid para evitar expolios de nidos y mercado negro de aves rapaces.
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Así, la región tiene un registro de las aves silvestres que están en cautividad bajo el cuidado de cetreros. Cuando un polluelo nace, debe inscribirse en una especie de «registro civil». Para ello, es necesario realizar un análisis de ADN, una prueba de paternidad para pollos.
Cada pollo tiene una huella genética exclusiva, como la dactilar en los humanos
Esto, que en primera instancia suena a ciencia ficción, consiste en una extracción de sangre. Una vez analizados los patrones del ADN del polluelo, se contrastan con el ADN de las aves que el criador ha declarado que son sus progenitores. La actividad se inicia a petición de los criadores, que se ponen en contacto con el Centro de Recuperación de Animales Silvestres de Madrid ( CRAS Madrid ).
Tras concertar una cita, los cetreros acuden aquí con los pollos para que sean efectuadas las pruebas. A partir de entonces, la Comunidad ya tiene constancia de la procedencia de estas aves y el criador puede quedárselas o venderlas, pero en todo momento, bajo la garantía de que estos pájaros han sido obtenidos por métodos legales . Así, la región madrileña trata de evitar lo máximo posible los expolios del campo de estas especies protegidas, así como el mercado negro.
Análisis de ADN, paso a paso
El análisis que se realiza es muy semejante a las pruebas de paternidad en humanos. A cada ave se le toma una pluma o una pequeña muestra de sangre, normalmente de la vena braquial, para aislar su ADN y extraer su huella genética , que es exclusiva de cada individuo –como las dactilares–.
Así, la huella genética de los pollos debe corresponderse en un porcentaje determinado con la extraída del ADN de los padres. Si esto no es así, se sospecha de la procedencia ilegal de los pollos. En este caso, el Centro se pone en contacto con el criador y repite las pruebas. Si el patrón genético no coincide en el porcentaje que debería, es cuando se procede a tomar acciones legales.
Cetrero desde los 7 años
En este caso, son tres los polluelos que se someten al análisis. No se le hace a todos, porque algunos deben quedarse con sus padres. En caso contrario, a la vuelta, los progenitores podrían rechazar a los polluelos.
Akhasa y Enkir son cernícalos y sólo son dos aves de las 70 que tiene en total Guillermo Santalla , «cetrero desde los 7 años», como él mismo afirma. «Era un niño raro, que siempre pasaba las horas perdido en el campo», asegura. Profesionalmente, Santalla se inició con 17 años, trabajando en control de fauna con la viuda de Félix Rodríguez de la Fuente en la base aérea de Torrejón y en el aeropuerto de Barajas.
El cernícalo es insectívoro, pero se puede modificar su comportamiento con un buen adiestramiento
Estuvo varios años así hasta que montó su propia empresa : «El control de fauna es un método totalmente ecológico que consiste en e spantar a las aves problemáticas (palomas, estorninos o incluso gaviotas) mediante el uso de aves rapaces adiestradas pero sin que les hagan ningún daño», explica el cetrero. El sistema consiste en hacer creer a las aves «molestas» que están en una zona ocupada por el depredador natural. «Ellas ven cómo los cernícalos, por ejemplo, atacan a un señuelo, pero no saben que es un señuelo, piensan que es un pájaro de verdad y se van», aclara Santalla.
Él cuida y entrena a sus propios pájaros, lo que implica noches enteras sin dormir. El cernícalo , en concreto, lo emplea para problemas de estorninos y palomas . «Aunque en principio son insectívoros y cazan ratones, se les puede modificar el comportamiento mediante el adiestramiento», apunta Santalla.
Pronto, Akhasa y Enkir verán volar a sus polluelos, pero no experimentarán mayor satisfacción que Guillermo, quien se siente «como un tercer papá».
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