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BNG

Aymerich emula el pasado y crea una alternativa para luchar contra la UPG

El exlíder de Máis Galiza funda una nueva corriente dentro del BNG para representar a la izquierda

Aymerich emula el pasado y crea una alternativa para luchar contra la UPG M. M.

C. PICHEL

Poco ha tardado el diputado en el Parlamento gallego, Carlos Aymerich, en imitar el pasado y crear una nueva corriente dentro del Bloque que se asemeje a la fuerza política que en su día lideró, Máis Galiza, de la que se escindió casi el 70% de su militancia hace escasos meses. A pesar de que tras la última asamblea del BNG todo apuntaba a que Aymerich —que renunciada a su portavocía en el Parlamento y se desistía a abandonar el Bloque a pesar de que la mayor parte de su fuerza se descolgó— estaba escribiendo su carta de despedida del frente, el nacionalista vuelve a dar un giro y presenta ahora la corriente Abrente-Esquerda Democrática Galega.

Una alternativa que pretende dar aire a la izquierda democrática existente dentro del BNG y hacer de contrapeso interno a la UPG, que tras la salida de Encontro Irmandiño y Máis Galiza ha tomado el control absoluto del Bloque. Pero esta hazaña es, a día de hoy, un imposible. Tras la mayor escisión y pérdida de voto de su historia dentro del frente, Aymerich se enfrenta a unos avatares inalcanzables, puesto que es muy improbable que se consiga otra vez una acumulación de fuerzas tan grande como la de la última Asamblea, donde la UPG se vio contra las cuerdas. Ahora, y con 1.000 afiliados menos, la tentativa de Aymerich puede caer en saco roto.

Pero la propaganda que la Unión do Pobo Galego quiere vender, esto es, la de que el BNG es un grupo plural, está asegurada, «aunque sea una falacia, porque las cosas no van a cambiar; la UPG va a seguir con su funcionamiento de partido y les van a pasar —en referencia a la corriente del diputado— el rodillo en todas las asambleas», explicaba ayer a ABC uno de los escindidos del Bloque.

Sin embargo, en la última convención de la fuerza nacionalista, los 2.000 asistentes al Palacio de Congresos se deshicieron en aplausos para Aymerich, a sabiendas de que su apoyo fue vital a la hora de que la fractura del frente no se hiciera mayor. Sus abrazos con el candidato del BNG a la Presidencia de la Xunta, Francisco Jorquera, contrastaban con lo acaecido había escasos meses en la Asamblea, donde peleó mano a mano con el congresista para encabezar la candidatura a la Xunta. Viejos enemigos convertidos en aliados y viceversa, si se tiene en cuenta su relación con Xosé Manuel Beiras. Su abrazo con el emblemático líder nacionalista tras la asamblea de Encontro Irmandiño hacía presagiar una unión que nunca llegó.

De esta manera, Aymerich presidirá el 9 de junio una reunión para aprobar los documentos políticos y organizativos y eligir la dirección de esta corriente, compuesta —entre otros— por Ana Luisa Bouza, Xesús Veiga o Camilo Nogueira. Una fuerza que curiosamente lleva por nombre uno de los que se barajaba para el Novo Proxecto Común.

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