Córdoba

Córdoba / la ribera, el «vial» del río

Los negocios fluyen en el Guadalquivir

Expertos en hostelería creen que capta actividad por su atractivo tras las reformas, sus alquileres o el «efecto dominó». Y permite un modelo de negocio que triunfa en urbes fluviales

Día 13/05/2012 - 10.32h

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«La Ribera es un espacio emergente y pujante del ocio cordobés». La opinión no es una cualquiera. Es de Alberto Rosales, vicepresidente de Restaurantes de la Asociación de Hostelería (Hostecor) y profesional del sector desde hace tres décadas. Su frase resume la eclosión de este enclave. A ella también le da carta de naturaleza el edil de Turismo, Rafael Navas, quien considera que en el último año o año y medio la instalación de negocios en Ronda de Isasa, Cardenal González, Lucano o Lineros ha provocado «un auge» de este espacio como «zona de ocio».

Dominan los locales de restauración, como «Regadera», «Frida. Antojitos mexicanos», «Sojo Fusión» o en breve «La Taberna del Río», pero también hay propuestas rompedoras como «Burlesque» —una vuelta de tuerca al clásico café-teatro— o «El laberinto», la primera librería anticuaria de la capital, que abre en junio.

Rosales cree que hubo un imán inicial, en la pasada década, que fue la perspectiva de que en Miraflores se levantara el Centro de Congresos, ya descartado. Después, sostiene, ha sido «una suerte de efecto dominó». A que los negocios fluyan por el Guadalquivir también contribuyen, profundiza, los alquileres que están «un poquito por debajo» de los de otros focos de ocio de la ciudad, como el Vial Norte y el Centro.

Acaba el menú de factores que ofrece con una clave más: el paquete de actuaciones en el Puente Romano y su entorno de la Junta —33 millones invertidos— «ayudó a atraer negocios». Y es que sostiene que «la Ribera es, casi con el Vial Norte, la zona más grande de paseo de Córdoba». «Es un atractivo muy fuerte», sentencia.

La directora de la Escuela de Hostelería de Córdoba, Mónica Muñoz, es otra voz autorizada para añadir condimentos al análisis del fenómeno. A su juicio, la capital empieza a seguir «otros modelos de negocio que funcionan bien y están de cara a los ríos. El ejemplo cercano es Sevilla, donde todo se centra al Guadalquivir».

Ella, como Rosales, considera que las reformas de la Administración regional en el histórico paso elevado, en la Puerta del Puente o La Calahorra han sido un «reclamo» para que los empresarios se instalen, porque con ellas «la afluencia de turistas y cordobeses aumenta». Además, a su juicio, hicieron, junto al Balcón del Guadalquivir, que «la ciudad dejara de vivir de espaldas al río». Cree que es un espacio atractivo para los negocios también por permitirles estar cerca de la oferta monumental, pero sin ubicarse en el Casco con sus «problemas» de aparcamiento y horario.

Respaldo municipal

Ronda de Isasa, la calle Enrique Romero de Torres o Lineros son ya los fines de semana referencia para cordobeses y visitantes que disfrutan de estos recién nacidos focos de la restauración. Rosales observa una nueva estructura de negocio, con locales más pequeños y terrazas, que ganan al cliente fumador y a las que en Córdoba se saca partido de «marzo a octubre». Es decir, son modelos de actividad menos costosos de mantener, lo que siempre ayuda en plena crisis.

La directora de la Escuela de Hostelería añade que la calidad gastronómica de la zona es «buena». Explica que los locales que están abriendo, sobre todo, ofrecen cocina tradicional cordobesa «actualizada, con un toque de sofisticación». Incluso, piensa que en esa zona se puede estar cocinando algo. Le parece que se da «una ebullición» que indica que hay un embrión de la joven cocina cordobesa. «Aunque es pronto para decirlo», matiza.

Para ella, el entorno del río tiene «mucho potencial de crecimiento» como eje de ocio. Rosales ahonda en esa idea. Advierte de que, cuando la Junta concluya en breve el tramo que le queda de la reforma de la Ribera, «se convertirá en el lugar más bonito de Córdoba para pasear». «No me cabe duda de que será una de las zonas más fuertes de ocio», sentencia.

Eso sí, ambos coinciden en que necesita actuaciones para fortalecer su condición de polo del entretenimiento o la gastronomía. El vicepresidente de Restaurantes de Hostecor aboga por una iluminación del río —«un reclamo perfecto para el visitante y el cordobés»— y por alguna proyección multimedia «de vez en cuando» en el Guadalquivir. Y es que, para él, el Ayuntamiento debe incluir la zona ribereña entre los espacios para sus actividades culturales.

Muñoz hace también su carta de sugerencias: más oferta cultural, de restauración y de ocio, así como dar otro atractivo al río permitiendo determinadas actividades de navegación. Además, avisa, el Guadalquivir requiere «más cuidado», porque está «muy mal», aunque haya mejorado.

Sus mensajes hallan eco en el edil de Turismo. Éste apunta que el Ayuntamiento «trabaja en diversos proyectos y líneas con el fin de que esa zona tenga cada vez una recuperación mejor para su desarrollo económico». Para ello, sigue, «estamos trabajando con los sectores empresariales y estamos abiertos a cualquier propuesta». Añade que, por ejemplo, el Consistorio tiene la iniciativa, en la que «estamos trabajando», de ir recuperando los molinos históricos que existen en el cauce. Serían un atractivo más para este enclave.

Además, recuerda que el gobierno municipal del PP puso en marcha la Concejalía del Casco, «al que el río está tremendamente vinculado». Y esa labor de respaldo a la Ribera la realizan desde el «convencimiento de que ella y su entorno tienen potencial de crecimiento como eje del ocio cordobés».

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