Bruselas insiste en que «pronto» dará una respuesta a la nacionalización de YPF

Mientras en Argentina la ley de nacionalización de YPF ya es una realidad -hoy de hecho fue publicada en el Boletín Oficial del país iberoamericano- Bruselas aún no ha emitido una respuesta oficial sobre el tema. Hoy el comisario de Comercio, Karel de Gucht, dijo que «pronto» se aprobará una respuesta. «Pronto avanzaremos con una respuesta a la actuación de Argentina en el caso Repsol, en particular», dijo tras una conferencia sobre las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Brasil.

Hasta ahora la Comisión Europea ha señalado que está «del lado de España» en el conflicto por la nacionalización de la petrolera (que solía ser en un 57% propiedad del grupo español Repsol y que ahora pasará a ser controlada en un 51% por el Gobierno de Cristina Kirchner). Pero no ha dicho qué acciones concretas tomará para defender los intereses españoles. España ha pedido que se retiren las ventajas arancelarias de las que goza el país iberoamericano en sus exportaciones a la UE. Una medida que se sumaría a la eliminación de las importaciones de soja y biodiesel argentinos, también anunciadas por el Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho a fines de abril la vicepresidenta, Soaraya Sáenz de Santamaría, anunció el fomento a la producción española de biodiesel en respuesta a las medidas argentinas.

La Comisión Europea podría también denunciar a Buenos Aires ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por sus restricciones a las importaciones. Algo no directamente relacionado con la crisis de Repsol pero que se reactivaría como represalia a la nacionalización de YPF. Y que se sumaría a la denuncia conjunta de 40 países que Argentina enfrenta desde el mes de marzo.

De Gucht ha alertado de la «creciente tendencia proteccionista en América Latina» , sobre todo tras la nacionalización de la filial de Red Eléctrica que también emprende el Gobierno de Evo Morales en Bolivia. «Este tipo de medidas son por supuesto un problema para Argentina y Bolivia, que encontrarán más difícil captar la inversión internacional que necesitan. Pero también son un problema para la UE , porque nuestras empresas se ven directamente afectadas», ha sostenido.