Un paseo por el «búnker» de Sabin Etxea

Su presidente, Iñigo Urkullu , ha sido el encargado de oficiar el acto en el que se ha presentado la nueva imagen corporativa del PNV, -aunque remozada, su forma de elipse mantiene los colores rojo, blanco y verde- en la que muchos, incluidos los militantes, han visto similitudes con una importante marca de bebidas gaseosas. «No nos importaría que Pepsi nos demandara. Sería más publicidad para el PNV», bromeaba un cargo del partido mientras se descubría una gran lona en la fachada del edificio con una cita del filósofo griego Sócrates: «El cambio comienza por uno mismo».

El logotipo, según Urkullu, simboliza el renovado compromiso del PNV ante el «nuevo tiempo» abierto en el País Vasco tras el anuncio de cese de la violencia de ETA. Un ciclo que los peneuvistas esperan liderar para la construcción de la «nación» vasca y la consecución de un «estatus político» propio, diferenciado de España, capaz de hacer frente a quienes «intentan socavar nuestro autogobierno bajo el pretexto» de la crisis.

Pero más allá del mensaje político, el interés de la jornada para el común de los simpatizantes y curiosos que se han dado cita en Sabin Etxea ha sido el itinerario previsto por las entrañas del «búnker» del PNV, que está dotado de más plantas subterráneas (seis) que en superficie (cinco) y que ha dado pie a numerosos chascarrillos, como la existencia de un refugio inexpugnable en caso de catástrofe o ataque del enemigo…

La visita, sin embargo, se ha centrado en las plantas superiores, donde se hallan los despachos de Urkullu y del presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar. Ambos han hecho de anfitriones y han explicado a sus simpatizantes -que hacían cola- los detalles decorativos y anécdotas varias. “Aquí tenéis que trabajar muy a gusto”, comentaba una señora ante las privilegiadas vistas a los Jardines de Albia.

Sin duda, ha sido el rincón dedicado a recrear el que fue despacho de Sabino Arana el más fotografiado por los curiosos. Dotado de escritorio y sillones originales, se podían ver otros abalorios personales del fundador del PNV, como sus guantes, cepillo, bombín y cigarrillo. En las diversas salas de reuniones se exhiben numerosa simbología del nacionalismo, como la ikurriña utilizada a la llegada del dirigente Leizaola tras su regreso del exilio en 1979, un mapa de la ofensiva militar sobre Bilbao en 1937, o las portadas de periódicos anunciando la muerte de Sabino Arana o la votación del Estatuto de Autonomía de Guernica.

La sede actual del PNV fue inaugurada en 1992, después de que el partido adquiriera los terrenos en 1979. Requisado por el régimen franquista, la antigua residencia de Sabino Arana se convirtió en el centro de la Sección Femenina del Movimiento, encargada del Auxilio Social . El edificio, proyectado por un arquitecto alavés, está construido en hormigón, madera y hierro, tiene planta pirameidal y en su hall se conserva una antigua reja que sirvió de balconada de los Arana.