El final de los privilegios al biodiésel argentino

Las presiones argentinas al Gobierno socialista lograron la paralización de las travas europeas a la exportación de biodiésel de países extracomunitarios. El anterior Ejecutivo cedió a la presión Argentina bajo la amenaza de acciones contra las empresas españolas en el país Iberoamericano. Las excesivas importaciones desde Argentina paralizaron el 85% de la capacidad de producción en España, es decir, 4,3 millones de toneladas, según denunció entonces la división de biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).

En 2010, el 53% de las importaciones españolas procedían de Argentina. APPA Biocarburantes denunció el mecanismo fiscal para favorecer la exportación de biodiésel argentino. El biodiésel tiene una carga impositiva del 20% mientras que su materia prima, la soja, es de un 32%. Los productores españoles, cerca de medio centenar, aportan aproximadamente el 20% del suministro. Según sus datos, trabajan a un 14% de su capacidad por las ventajas cometitivas otorgadas a Argentina.

La normativa europea, sin cumplir hasta ahora, imponía cupos de producción con el objetivo de que en 2020 el consumo de energía proceda en un 20% de biodiésel. La reforma del actual Gobierno pretende acabar con los privilegios a Argentina, tras la expropiación de la petrolera YPF.