El incesto, motivo de prisión en Europa

Stuebing, actualmente de 36 años, no conoció a su hermana carnal hasta que tenía casi 24, ya que había sido adoptado por otra familia a los tres años de edad. Karolewski, que creció con su madre en un pueblo cercano a Leipzig, tenía entonces 16 años y cuando en el 2000 su madre murió; la relación de los hermanos se intensificó. Con el romance nacieron Erik, Sahra, Nancy y Sofia; dos de los cuales están discapacitados, y se encuentran bajo la tutela de los servicios sociales. La madre sólo tiene derecho a cuidar a la hija pequeña.

En 2005 Patrick ingresó en prisión en Alemania, motivo por el cual la pareja decidió acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para manifestar su derecho a tener una vida familiar con su hermana. Susan no fue condenada porque «padece un trastorno de la personalidad y depende considerablemente de su hermano», según Estrasburgo.

Los abogados de los Stuebing-Karolewski consideran que, si otras personas con riesgo de tener descendencia con problemas (como las personas mayores o los discapacitados psíquicos) pueden procrear, ellos también deberían tener este derecho. «La motivación eugenésica tiene sus raíces en la ideología racista del nazismo», aseguran los abogados en sus argumentos.

El caso ha levantado una gran polémica en Alemania y varias voces piden que el país se una a otros como Francia, Turquía, Japón y Brasil donde las relaciones sexuales entre parientes son legales. Sin embargo, el tribunal de Estrasburgo ha avalado a las autoridades alemanas: la justicia alemana tiene derecho a vetar el incesto y desestima la demanda de los hermanos. El tribunal europeo sustenta su fallo en «la protección del matrimonio y la familia» y «en el riesgo de un daño importante» en los hijos nacidos del incesto.