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SUCESO EN BARCELONA

Cuatro personas mueren tras incendiarse su barraca

Los fallecidos, de origen rumano, pero sin identificar, vivían bajo una rampa de acceso

J. GUIL

La Barcelona que busca reconvertir antiguos barrios fabriles en sedes de empresas punteras propicia a veces cruels contrastes. En un solar abandonado de la calle Bilbao del barrio barcelonés del Poblenou, en el llamado «distrito 22@» que alberga la futurista torre Agbar o la sede de Mediapro, cuatro personas de origen rumano que malvivían refugiados en una chabola construida en el hueco de una rampa de acceso murieron en la madrugada de ayer. Por causas que aún se investigan, aunque al parecer de forma fortuita, se declaró un incendio entre el amasijo de maderas colchonetas y otros trastos que conformaban su vivienda y fallecieron por inhalación de humo.

Se desconoce la identidad de las víctimas, aunque se sabe que eran tres hombres y una mujer adultas de origen rumano.

Según explicó el primer teniente de alcalde de Barcelona, Joaquim Forn, el solar, ubicado en el número 134 de la calle Bilbao y que integraba el antiguo recinto de la fábrica de Can Ricart, fue desalojado en 2010 por los Mossos porque la mayoría de personas que lo ocupaban eran «gente problemática», acusados de varios delitos. Con todo, un matrimonio de rumanos que llevaba casi diez años en el solar siguió viviendo allí y de vez en cuando acogían a compatriotas suyos. Malvivían de la chatarra, tenían incluso las llaves de la cerca que rodea el solar —cuyos propietarios no habían presentado denuncia para desalojarlos— y se llevaban con los vecinos del barrio, según atestiguaban ayer varios de ellos.

Según explicó Forn, desde el desalojo de 2010, las personas que ocupaban el solar incendiado no habían provocado problemas en el vecindario, más allá de algunas quejas por cuestiones de salubridad o por algún vehículo mal aparcado.

El primer teniente de alcalde detalló que el pasado mes de marzo los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona se pusieron en contacto con los siete rumanos que vivían entonces en el solar, a los que ofrecieron la posibilidad de acogerse a un programa de servicios sociales o bien ser extraditados.

Sin embargo, los siete ciudadanos rumanos, entre ellos el matrimonio que llevaba muchos años viviendo en el solar, rechazaron el ofrecimiento municipal. Al parecer el matrimonio abandonó finalmente el solar, por lo que no estarían entre los fallecidos, a falta de la confirmación oficial.

Un miembro de la Asociación de Vecinos del Poblenou que reside junto al solar, Joan Maria Soler, aseguró ayer en declaraciones recogidas por Ep que tenían una buena relación con los rumanos. Según Soler, la finca estaba habitada por una pareja de unos 40 años y sus dos hijos varones, que desde hace tiempo pasaban largas temporadas en Rumanía aunque ahora se encontraban con sus padres. Los vecinos incluso ayudaron a la pareja a conseguir trabajos temporales, como pequeñas obras en viviendas cercanas, aunque durante los últimos años se dedicaba a la recogida de chatarra debido a la crisis.

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