El suicidio del jubilado se convierte en un símbolo antes de las elecciones griegas
Segundo día de protestas en Atenas, que se extienden a Tesalónica
El suicidio de un jubilado griego de 77 años se ha convertido de modo vertiginoso en un símbolo de los daños colaterales causados por las políticas de austeridad y ha sido aprovechado por los detractores de los recortes presupuestarios impuestos por los tenedores de deuda.
El farmaceútico Dimitris Christoulas se disparó en la cabeza este miércoles junto al Parlamento en Atenas después de lamentarse de que los problemas financieros le habían situado literalmente al borde del precipicio. En una nota manifestó que prefería morir antes que mendigar comida, informa Reuters.
La naturaleza pública -y simbólica- de este suicido ha provocado una oleada de solidaridad por parte de los griegos, que levantaron un improvisado santuario en el lugar en el que el jubilado se suicidó, donde dejaron notas escritas a mano en las que condenaban la crisis. Algunos de ellos se manifestaron durante la noche y se enfrentaron con la Policía antidisturbios, que los dispersó con gases lacrimógenos.
Decenas de griegos se concentraron este jueves junto al improvisado santuario, donde dejaron velas y flores. Los «indignados», que protagonizaron protestas diarias durante 2011, anunciaron su intención de manifestarse por segundo día consecutivo. En la ciudad de Tesalónica también estaba prevista una protesta este jueves.
«Un mártir de Grecia»
El diario conservador «Eleftheros Typos» consideró a la víctima «un mártir de Grecia» y dijo que su suicidio tiene un «profundo simbolismo político» que puede «conmocionar a la sociedad griega y a la comunidad política internacional, así como despertar sus conciencias» antes de unas elecciones parlamentarias que determinarán el futuro de Grecia. En un principio, estos comicios están previstos para el 6 de mayo.
La furia por este suicidio iba dirigida tanto hacia los políticos como a las rigurosas medidas de austeridad impuestas por los prestamistas internacionales a cambio de la ayuda para sacar a este país de la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial.
«Es horrible, no tendríamos que haber llegado a esta situación. Los parlamentarios que nos han llevado a esto deben ser castigados por ello», se lamenta Anastassia Karanika, una jubilada de 60 años.
Cuatro suicidios
Al menos cuatro personas se han suicidado esta semana por problemas financieros en Grecia, según la Policía. En uno de los casos, un joven de 35 años, propietario de un café, fue hospitalizado en estado crítico el pasado martes tras ingerir un líquido pesticida porque temía que el Banco se quedara con su negocio si no conseguía pagar la hipoteca.
Ante las próximas elecciones, formaciones políticas pequeñas opuestas a los drásticos recortes incluidos en el segundo rescate griego señalaron a los grandes partidos por respaldarlos.
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