El régimen chino censura también el «Gran Hermano» doméstico de Ai Weiwei

Burlándose de la vigilancia a la que lo somete la Policía desde que fue detenido hace un año y acusado de una supuesta evasión fiscal, el polémico creador colocó cuatro “webcam” en su domicilio para que todo el mundo pudiera ver en la Red su día a día, especialmente los agentes que lo acechan las 24 horas. Como casi todo lo que suele hacer Ai Weiwei, esta mezcla de “Gran Hermano” doméstico y “El show de Truman” enseguida atrajo a decenas de miles de curiosos a su página web , que se bloqueó el miércoles por la noche y permanece en blanco desde entonces.

En su Twitter, donde tiene más de 135.000 seguidores pese a que está censurado en China y requiere la suscripción a un servidor extranjero para conectarse, el artista escribió: “Las cámaras han sido apagadas. Adiós a todos los voyeurs”. Posteriormente, en declaraciones por teléfono a la agencia France Press, aclaró que había recibido “una orden clara para desenchufar las cámaras, pero sin más explicaciones”. Según relató, sus argumentos no sirvieron para convencer a las autoridades. “Les he explicado que tienen 15 cámaras vigilándome. La que coloqué en mi habitación es exactamente la misma que tuve sobre mi cabeza durante los 81 días que duró mi detención, así que en realidad les estaba ayudando a dejarles saber lo que hago para tenerme bien vigilado”, señaló Ai Weiwei, quien a sus 54 años se ha erigido en la voz más crítica contra el régimen de Pekín.

Hijo de un poeta represaliado durante la “Revolución Cultural”, las autoridades no han dejado de acosarlo desde que empezó a señalarse por sus críticas políticas y ácidos comentarios. Hasta tal punto que llegó a anunciar su intención de emigrar a Alemania para continuar con su obra, donde destacan sus labores de asesoramiento artístico en el estadio olímpico “El Nido” de Pekín y su exposición con pipas de girasol en la Tate Modern Gallery de Londres.

En 2009 tuvo que ser operado de urgencia después de que la Policía le golpeara en la cabeza por denunciar el derrumbe masivo de escuelas en el terremoto de Sichuan por su construcción con materiales de mala calidad debido a la corrupción reinante. Su estudio de Shanghái fue demolido en diciembre de 2010 y en enero del año pasado se canceló su primera gran exposición en China. A principios de abril de 2011, fue arrestado en el aeropuerto de Pekín cuando se disponía a tomar un vuelo a Hong Kong y pasó casi tres meses detenido y sin apenas contacto con su familia. Aunque las autoridades anunciaron en su día que Ai Weiwei confesó que había defraudado a Hacienda mientras estaba incomunicado y alejado de su abogado, él insiste en que su persecución legal se debe a sus críticas al Gobierno.

Alarmado por las revueltas a través de internet que sacudieron el año pasado a los países musulmanes, el régimen de Pekín ha endurecido la represión y lanzado un serio aviso a la disidencia poniendo en la diana a figuras tan prominentes como Ai Weiwei, a quien reclama una multa de 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros) que el artista ha recaudado gracias a las donaciones de sus seguidores.