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Efectos sobre la víctima

Muchos niños somatizan las situaciones de acoso con insomnio, vómitos y naúseas

M. J. P-B.

Los efectos del acoso escolar sobre la víctimas resultan demoledores. «Acaban sintiéndose tan culpables y vulnerables como las mujeres maltratadas. Uno de esos niños me decía un día "no valgo para nada"», asegura Isabel Menéndez, psicóloga de la Escuela de Familias de la asociación de padres Concapa. «Los niños llegan a nuestra consulta con otros cuadros de depresión y ansiedad y acabamos descubriendo que en el fondo están sufriendo un terrible acoso escolar. El acoso escolar no se está frenando».

Los niños más pequeños incluso somatizan esas situaciones, por ejemplo con afecciones en la piel, dolor de estómago, nerviosismo... Es típico en ellos el insomnio; vómitos y naúseas en el desayuno; el síndrome del domingo por la tarde cuando se ponen tristes, se irritan fácilmente y se angustian al pensar que en unas horas tienen que volver a clase. Los más mayores dejan de salir y de hablar, se encierran en su habitación. Por si fuera poco, el acoso escolar ha estado en el origen de casos de anorexia y depresión.

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