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Un comando del RAID (fuerzas especiales de intervención anti terrorista) tiene acorralado y ha intercambiado disparos en las afueras de Toulouse con un joven de unos 24 años, de nacionalidad francesa, que se reivindica de Al Qaeda y pudiera ser el autor de la matanza de tres niños, rabino y tres paracaidistas.
La operación especial del comando del RAID comenzó poco después de las tres de la madrugada. Hacia las cinco, los vecinos de la barriada escucharon algunos disparos.
Claude Guéant, Ministro del Interior, dirige personalmente las operaciones de un impresionante despliegue policial y ha hecho este primer balance de la situación: “El principal sospechoso se reclama él mismo de Al Qaeda. Sus disparos han herido a dos miembros del RAID. El sospechoso ha afirmado, gritando, que deseaba vengar a los niños palestinos asesinados en Oriente Medio”.
Francés de religión musulmana
Gendarmes y policías han acordonado militarmente las inmediaciones de un pequeño inmueble, donde el hombre, armado, se ha antrincherado en el primer piso de la barriada de Côté Pavé, al norte de Toulouse. El inmueble tiene cinco pisos y los especialistas del RAID han comenzado una “negociación” que solo puede tener una alternativa: la rendición incondicional, claro está.
Podría pertenecer a una facción radical de Al Qaeda
Las primeras filtraciones sobre la personalidad del hombre acorralado por el RAID describen un francés de religión musulmana, que pudiera pertenecer a una facción ultra radical de Al Qaeda. El sospechoso habría actuado solo y estaba fichado desde hace días. Se trataría de un “lobo solitario” que pudo pasar semanas o meses en Afganistán o el norte de Pakistán.
Según Radio Tele Luxemburgo (RTL), las fuerzas especiales comenzaron por localizar el ordenador portátil que había sido usado para intercambiar algunos mensajes con lectores de algunas páginas web donde se comentó el asesinato de los dos paracaidistas, la semana pasada. Ese ordenador pertenecía al hermano del sospechoso acorralado. En el Elíseo, Nicolas Sarkozy sigue las operaciones minuto a minuto, evitando cualquier declaración.
Los comandos del RAID esperan la hora del asalto final. El islam prohíbe el suicidio, que se descarta. La primera impresión es que el sospechoso estaría dispuesto a morir matando.