La Guardia Civil desmantela un prostíbulo por amenazas y explotación de mujeres

Los cabecillas de la trama eran el propietario, el español P. L: M. H., de 42 años, y su pareja, la domunicana D. M. S. R., de 25. La Guardia Civil también ha imputado al hijo del primero y a la «madame» del burdel, conocida como «Mami» .

El sistema de control por tarjetas consistía en que debían insentarlas a la entrada de las habitaciones cada vez que las prostitutas tenían un servicio. Así, se iba acumulando el dinero que percibían las mujeres, que nunca manejaban efectivo, y les retenían, además, el dinero de las copas que consumían con los clientes.

También les servía para imponer multas a las meretrices si llegaban más tarde de las cinco y media de la tarde, que es cuando comenzaban a trabajar. Asimismo, a las cinco de la madrugada, los imputados cerraban el local al público y cortaban el suministro eléctrico, de manera que las mujeres quedaban encerradas en los cuartos , que tenían puertas blindadas.

El 2 de marzo, los agentes entraron en el prostíbulo, situado junto a la A-5 (carretera de Extremadura), a su paso por el municipio de Navalcarnero . Registraron el establecimiento y tuvieron buena constancia de cómo se trabajaba allí. Las condiciones de la cocina, por ejemplo, eran tan deplorables, que la Inspección de Sanidad la ha clausurado, pues había comida esparcida por doquier.

También se encontraron irregularidades en la máquina expendedora de tabaco y se traficaba con drogas. A las mujeres y al resto de empleados ( porteros, cocinero, camareros y limpiadoras ) se les pasó un formulario con preguntas enfrentadas, para esclarecer la participación de cada uno de los sospechosos en los hechos