Vila-Matas: «El aire de Dylan es estar donde no se te espera»
El escritor barcelonés publica nueva novela y asegura que «todos representamos un papel»
SERGI DORIA
“Cuando oscurece, siempre necesitamos a alguien”. La frase aterriza en la mente de un escritor que la fertiliza con ironía hasta convertirla en novela. Atribuida a Francis Scott Fitzgerald en la película “Tres camaradas” que dirigió Frank Borzage en 1938 a partir de ... la novela de Erich Maria Remarque, la frase obsesiona a Vilnius, labrador perpetuo de un “Archivo General del Fracaso” y protagonista de “Aire de Dylan” (Seix Barral) de Enrique Vila-Matas. El escritor indagó en la autoría de la frase y un experto en cine como Javier Coma añadió más misterio al decirle que en “Tres camaradas” intervinieron ocho guionistas.
Literatura portátil, cine y teatro componen el “Aire de Dylan” que consiste, según Vila-Matas, en “la gracia de no estar nunca allí donde se te espera”. Entre Bartleby, el escritor arrepentido y el que sigue cultivando una autobiografía falsa, opta por el segundo. Si toda vida es la historia de una demolición, y esto sí que lo dijo Scott Fitzgerald, Vila-Matas contempla la realidad como un teatro: “Todos representamos un papel; unos preferimos seguir interpretando y otros optan por salir de la obra, pero se equivocan: en el espectáculo del mundo, como el kafkiano Gran Teatro de Oklahoma, siempre se representa la misma obra”.
La memoria del padre
El tono ensayístico de anteriores novelas da paso al cine y al teatro. “Era mi mundo cuando entré en la revista Fotogramas, antes de dedicarme a la literatura” , matiza. “Aire de Dylan”, añade, “puede abordarse desde muchos ángulos y hablar sobre ella resulta divertido”. Proust, Hamlet, Joyce, y el ruso Oblomov, patriarca de la indolencia frente a la escritura compulsiva, confrontan al protagonista con la memoria de su padre.
Vila-Matas ve la literatura como destilación: imágenes, un gesto aparentemente anodino, un escritor olvidado, cobran relevancia en el momento menos esperado. Los sueños que consigue recordar, comenta, “revelan algo mínimo, pero significativo, del día anterior”. El escritor vuelve sobre textos pasados “para añadir la frase irónica que podría haber escrito otra persona”. Afirmaciones que ganan o pierden significado en función del interlocutor.
Destilar memoria, imaginación y humor hace que las vidas parezcan novelas y las novelas vidas. Y las últimas “vidas” de Vila-Matas –Bartleby, Montano, Pasavento, el París que no acaba nunca, el Dublín de la Orden de Finnegans o la librería Bernat de la barcelonesa calle Buenos Aires donde transcurre esta última entrega- mantienen ese aire de familia… “Nada somos sin la memoria que siempre inventa”, afirma el verdadero autor de la frase atribuida a Scott Fitzgerald.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete