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CORAZÓN DE LEÓN

EL LOBO AL SUR DEL RÍO DUERO

VICENTE ÁNGEL PÉREZ

SE «CW10»va a montar parda. Al tiempo. Por estas tierras, el lobo tiene dividido al personal: para unos, que se denominan «conservacionistas», es una «vaca sagrada»; y para otros, que se lo curran como ganaderos o pastores o, simplemente, gentes del campo, es un enemigo «a abatir». Hace unos días, el flamante ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, planteó a la Comisión Europea y al Consejo el problema relativo al incremento de la población de lobos en el sur del Duero y solicitó igualar la gestión de esta especie —incluida su caza— respecto a la zona norte para evitar los ataques continuos a la cabaña ganadera de Castilla y León; o sea, modificar el Anexo II de la Directiva Hábitat, que define al lobo de esa zona como una «especie prioritaria» que hay que proteger; o sea, y dicho en román paladino, para que los pastores y los ganaderos no tengan que ponerle la alfombra roja a los lobitos: «Pasen señores lobos, pasen, y elijan el corderito o la vaquita que más les apetezca».

¡La que se va a montar como a Bruselas se le ocurra aceptar la petición de la Junta del Castilla y León y del Gobierno español de catalogar tal bicho como cinegético, vamos, que el pastor o el ganadero arme el trabuco para defender el ganado del que viven.ellos y sus familias!. Pero eso sí, ni Bruselas, ni los gobiernos, ni siquiera los «conservacionistas» guardan un minuto de silencio por los ciervos, los corzos, los jabalíes que el lobo extingue también por estas tierras; el lobo o lo que sea, pues ahora a todo le llaman lobo, incluso al perrito abandonado en la carretera que aparece en el anuncio: «Él no lo haría».

El asunto no es el cuento de Caperucita, sino un grave problema para la actividad ganadera de la zona. «El modelo de conservación española ha sido tal éxito, que en este momento nos ha desbordado a todos y tenemos más de 2.000 lobos (en la región de Castilla y León)», ha asegurado el ministro español. El resultado son poblaciones «muy importantes que complican la cohabitación entre las especies ganaderas y las que queremos conservar», ha añadido.

Y sin solución de continuidad, los «conservacionistas» (que es un eufemismo de ecologistas) ya han saltado al ruedo de la polémica; de momento califican de «preocupante» la petición de Junta y Gobierno y consideran que la administración está «cediendo a las continuas presiones de grupos de interés» convirtiendo al lobo en un animal objeto de persecución constante. Estos ecologistas son los que también están contra las corridas de toros, aun a sabiendas de que sin ellas, el toro desaparecería de la «piel de toro», excepto los Osborne de las carreteras españolas.

Puestos a «conservar» y proteger, quién protege al corzo que se zampa el lobo, o la oveja, o la vaca. Ellos también tienen madre, como el pastor o el ganadero. No sólo el lobo…

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