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Putin admite que hubo irregularidades en las elecciones

La oposición teme que se repriman sus marchas con mayor violencia para que no se dude del resultado electoral

RAFAEL M. MAÑUECO

Aunque de forma testimonial, el propio Putin ha tenido que plegarse al clamor general y admitir que en las pasadas elecciones presidenciales, en las que obtuvo el 63,6 por ciento de los votos, hubo efectivamente irregularidades. «Por supuesto que las hubo, y hay que denunciarlas y hacer que todo quede claro», manifestó.

«No estamos viendo a un vencedor seguro de sí mismo. Tiene miedo de sus conciudadanos, un miedo animal a perder el poder y utiliza como sustentación las porras de la Policía. Eso es lo que estamos viendo», escribe en su blog el opositor y exministro Borís Nemtsov.

Iliá Yashin, líder del movimiento Solidárnost (Solidaridad), sostiene que «se ve el miedo en los ojos del dictador». Yashin fue puesto en libertad ayer junto con casi todos los detenidos tras la manifestación autorizada del lunes, pero está citado en el juzgado la semana que viene. Lo mismo sucede con el bloguero anticorrupción, Alexéi Navalni, y el coordinador del Frente de Izquierdas, Serguéi Udaltsov, que también han sido convocados.

Nervios

En el mismo sentido, el periodista Serguéi Parjómenko, miembro también de la coordinadora por unas elecciones limpias, señaló que «Putin se está poniendo nervioso». Pero, añadió: «Tenemos la determinación de seguir adelante y volveremos a salir a la calle el día 10» de marzo.

La oposición asegura haber detectado numerosos «carruseles», truco consistente en que las mismas personas votan en distintos colegios.

Putin se defendió: «La indignación de determinados activistas políticos por el supuesto fraude no tiene nada que ver con las elecciones, es parte de la lucha política». La Comisión Electoral ha anunciado que, como mucho, habrá un centenar de denuncias.

El portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexánder Lukashévich, señaló ayer que el informe preliminar de los observadores internacionales «contiene valoraciones tendenciosas y discutibles» sobre el desarrollo de las elecciones. La misión de observadores de la OSCE certificó el lunes que los todos los participantes en los comicios estuvieron en inferioridad de condiciones con respecto a Putin y que las restricciones en la inscripción de candidatos impidió una verdadera competencia. Putin ya dijo el domingo, tras darse a conocer los primeros resultados, que «hemos ganado en una lucha abierta y limpia».

Así las cosas, la oposición organizadora de las movilizaciones contra el fraude electoral, cree que el reelegido presidente, Vladímir Putin, no está dispuesto a permitir que se siga poniendo en cuestión su victoria y que va a apretarles las tuercas en un próximo futuro. Prueba de ello ha sido la dureza con la que la Policía reprimió el lunes las manifestaciones, incluso las autorizadas. En este sentido, el multimillonario Prójorov lamentaba ayer en un mensaje en Twitter que la Policía haya «roto la tradición de dejar celebrar manifestaciones pacíficas».

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