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Ocho urbes alzaron centros de congresos en la década perdida por IU y PSOE

En once años de sus gobiernos y la era Koolhaas, ambos partidos no lograron poner ni la primera piedra; estas ciudades concluyeron sus proyectos

B. LÓPEZ

Ocho ciudades españolas de distinto tamaño evidencian el fracaso que supuso la gestión que IU y PSOE realizaron del proyecto del Centro de Congresos, que el sábado decidió enterrar definitivamente el PP y que ha acarreado un gasto a las arcas municipales de diez millones. Se ponía fin así a un periodo de casi once años en el que las fuerzas de izquierdas no lograron poner ni la primera piedra del complejo congresual, con un aforo para este apartado en distintas salas de 3.185 personas.

Y es que fue en junio de 2001 cuando el prestigioso arquitecto holandés Rem Koolhaas ganó el concurso de ideas para acometer en Córdoba el por entonces conocido pomposamente como Palacio del Sur.

Sin embargo, once años le han cundido mucho a otras urbes. Las ha habido, como Bilbao, que aprovecharon a la perfección el periodo de las vacas gordas. Así, la capital vizcaína se dotó en febrero de 1999 del Palacio Euskalduna. Abrió sus puertas sólo siete años después tras una potente inversión de 81 millones, procedentes en su mayor parte (84%) de la Diputación de Vizcaya. Es un gran complejo multifuncional de 53.000 metros cuadrados con numerosas salas de congresos o reuniones. Igualmente, alberga espectáculos culturales.

El Palacio de Congresos y Exposiciones de Mérida fue aún más raudo, si bien sus dimensiones fueron mucho más modestas. En 1999, se realizó el concurso para su ejecución. En 2004, tras una inversión de 15,5 millones y con una superficie ocupada de 16.502 metros cuadrados, echaba a andar. Su auditorio central tiene capacidad para 1.000 espectadores.

Ahora bien, probablemente el récord de celeridad se lo lleve Logroño. En 2000, se realizó el concurso de ideas y en 2004 ya se abrió Riojaforum. Dispone de un auditorio para 1.200 personas; una sala de más de 400 butacas y otros espacios polivalentes que le otorgan capacidad para acoger a unas 2.000 personas. La inversión en la construcción y puesta en funcionamiento del edificio fue de 35,5 millones, desembolsados por el Gobierno regional.

Otro caso de buen aprovechamiento de la época de las vacas gordas para dotarse de un equipamiento congresual fue el de Palacio de Congresos Magma Arte & Congresos, situado en Adeje (Tenerife Sur). Comenzó a gestarse en 1998 y siete años más tarde estaba ya en funcionamiento. El Gobierno canario aseguraba en 2009 que llevaba invertidos 52,9 millones en este complejo.

Tampoco necesitaron ni mucho menos once años en Pamplona para construirse un «Baluarte». Y es que ése es el nombre que tiene el espacio destinado desde 2005 en la capital navarra para la cultura y los congresos. Fue en 1997 cuando el Gobierno navarro empezó a trabajar en el proyecto. Su superficie total apabulla: 63.000 metros. Costó 78 millones.

Problemas similares

Albacete fue una de las últimas urbes que abrió las puertas de su Palacio de Congresos en el periodo de bonanza. En abril de 2007, con el oportuno boato, el entonces presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José Barreda, lo inauguró. Su gestación fue larga, porque hundía sus raíces en 1998. Una inversión cercana a los 30 millones sirvió para levantar un complejo con tres salas —la principal de ellas para 1.120 personas—.

Incluso, en la actualidad, Córdoba sigue encontrando ejemplos que la aborchonan, si bien ahora se han reducido por el impacto de la crisis. Así, en marzo de 2011, Vigo estrenó su Auditorio-Palacio de Congresos «Mar de Vigo». Ahora bien, para que viera la luz el parto fue largo. Hay que tener en cuenta que fue en septiembre de 2000 cuando se falló el concurso de ideas de la Xunta para el proyecto.Por cierto, hay que reseñar algunas similitudes con el ya fenecido Centro de Congresos de Córdoba. Como pasó por estos lares, el proyecto inicial se disparó. En el caso gallego, pasó de 82 a 151 millones —aquí se saltó de 82 a 171— y metieron la tijera para dejarlo en 85. Idéntico a lo que pasó aquí, cuando se disminuyó hasta 79, si bien, a diferencia del de Vigo, aquí no se logró que saliera adelante. Y más parecidos. En el complejo «Mar de Vigo», había, como iba a suceder inicialmente en el de Córdoba con la firma Ferrovial, empresas privadas que lo construyeran y lo explotaran. Sin embargo, la UTE que lo acometió, donde estaba Sacyr, ha solicitado la rescisión del contrato de concesión y una indemnización por daños y perjuicios.

En mayo de 2011, Oviedo también logró que echara a andar su Palacio de Congresos. Y fue larga la andadura, ya que en 2002 se había producido la adjudicación del complejo, que tiene el sello del prestigioso arquitecto Santiago Calatrava. Eso sí, la actuación no se libró de los problemas de la crisis y, por ejemplo, en 2010 estuvo paralizada. La empresa que lo ha acometido y que podrá explotarlo durante 50 años invirtió en él 120 millones. Eso sí, sus dimensiones son impresionantes. Cuenta con un auditorio con capacidad para 2.150 personas y las salas polivalentes suman un aforo de entre 1.850 y 1.900 asistentes. También cuenta con un centro comercial, hotel y oficinas.

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