Dorribo pactó con el contacto de Blanco «poner la gallina» para las municipales

Una conversación intervenida por el Servicio de Vigilancia Aduanera, el 15 de noviembre de 2010, es decir, en los albores de la investigación, revela cómo José Antonio Orozco, un empresario amigo de Blanco desde la infancia, relataba a Dorribo la charla que supuestamente habría mantenido momentos antes con el entonces titular de Fomento: «Blanco me ha cerrado la reunión para el 1 de diciembre, y me dice que si vas a venir con alguien o si vas a venir solo. Y le dije yo, Pepe, joder, yo voy como tú me digas». El ministro le habría pedido a su intermediario con Dorribo que acudiera a en solitario al encuentro «porque quiero comentarte un tema».

«El tema ya sé yo que es poner...» continúa José Antonio Orozco, a quien Dorribo interrumpe para apostillar «...la gallina para el asunto de las municipales, a ver si me entiendes...». aludiendo al Sigre. Dorribo enfatiza: «¡Hostia!, ese es el gran negocio». Orozco añade: «Ese es el gran negocio, bueno, escucha una cosa». Dorribo lo interrumpe: «... ahí, tú dile, mira te pongo los municipales y te pongo el alcalde que tú me digas , cabrón». Conseguido el acuerdo, Orozco concluye: «Exactamente».

El final del secreto de sumario en el caso «Campeón» parece no llegar nunca. El día que estaba previsto trasladar a todas las partes los 57 tomos de la instrucción —hay cinco documentales más y una pieza administrativa—, la juez Estela San José determinó, después de nueve meses de investigación, separar una parte de la causa por haber encontrado indicios de «delitos distintos y sin conexión» con los hasta ahora investigados, «tanto en la naturaleza de los hechos como en las personas participantes».

Este es el motivo por el que la magistrada levantó todo el secreto de sumario a excepción de una separata, para «no perjudicar notable e irremediablemente a las diligencias incoadas».

Los abogados de los encausados recibieron el material en soporte informático, más de 50 gigas de información (24.000 folios, decenas de ellos en negro) de una trama que comenzó como un supuesto caso de cobro ilegal de comisiones y acabó con imputaciones a políticos de diferentes siglas, y al principal encausado, el empresario Jorge Dorribo, dueño de los Laboratorios Nupel. Más tarde se amplía la investigación a presuntos delitos de cohecho y prevaricación.

Las indagaciones, según el contenido íntegro al que ha tenido acceso ABC, comenzaron por la presunta comisión de delitos de capitales y tráfico de influencias «descubiertos casualmente en una investigación de funcionarios de Vigilancia Aduanera, que llevó el Juzgado número 3 de Villagarcía de Arosa. De las escuchas practicadas se extraen «indicios» de hechos que pudieran dar pie a un «delito de tráfico de influencias y blanqueo de capitales, descubierto casualmente». El fiscal delegado antidroga acordó, en noviembre del año 2010, intervenir las conversaciones. Por esta vía, se supo que Laboratorios Asociados Nupel S. L. obtuvo la concesión de una subvención del Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape) por valor de 1.400.000 euros.

En el sumario aparecen otros empresarios, aparte de Dorribo y Orozco, como Javier Rodríguez y Carlos Monjero, con relaciones comerciales entre sí. Orozco y Rodríguez emplean un duro calificativo dirigido a Monjero y Dorribo por sus actitudes «suicidas» para lograr subvenciones.

La trama se complica con una conversación telefónica que data de enero de 2011, y que parece ser el detonante para que la jueza hable también de otros supuestos delitos de cohecho y de tráfico de influencias, vinculados con un equipo de carreras.