Vinoterapia
Mathilde Thomas está detrás del nacimiento de las terapias con vino y la cosmética de la uva. Las dos se funden en su pionero spa
«¿Sabe que está a punto de tirar un tesoro?» Esta frase marca el nacimiento de la vinoterapia. En 1993, durante una vendimia en el castillo Smith Haut Lafitte , el profesor Vercauteren, de la Facultad de Farmacia de Burdeos, pronunció tal enunciado al ver que se tiraban las pepitas de uva. Este especialista reveló que los polifenoles que contienen protegen la piel de manera excepcional contra los radicales libres.
Mathilde Thomas, la hija de los propietarios del viñedo, y su marido Bertrand no se lo pensaron dos veces y patentaron los polifenoles de pepitas de uva, el resveratrol (aumenta en un 160% la longevidad de las células y el espesor de la epidermis se duplica a partir de los 60 días) y la viniferina (controla la tirosinasa, responsable del exceso de producción de melanina, y, por tanto, de las manchas). Además, crearon la primera línea cosmética íntegramente a base de uva, a la que llamaron Caudalie, que designa la medida de la duración de persistencia en boca de los aromas del vino cuando se degustan . «Un segundo de persistencia equivale a una caudalie. Cuanto mejor es el vino, más cantidad de caudalies tiene», explica Mathilde. «Como en nuestras cremas», añade.
En el corazón de los viñedos de su familia, Mathilde decidió en 1999 abrir un Vinothérapie Spa, el primero y mejor de su género en Europa y, probablemente, del mundo. Les Sources de Caudalie es una casa de madera, con todo el encanto de la campiña francesa, de 1.500 metros cuadrados. Todos los tratamientos combinan los beneficios de la viña y de la uva con agua de manantial caliente: baño en barrica, exfoliación con pepitas de Cabernet, envolvimiento en flor de viña…
Tratamiento «ultra premium». ¿El «Gran Cru» de este spa pionero en vinoterapia? «Instant Lift Vinosculpt», una sesión de 80 minutos (y 180 euros) que Mathilde Thomas describe como «MedSpa», porque está a medio camino entre la medicina estética y el placer. «He creado un tratamiento que rejuvenece la piel al instante, gracias a un entrenamiento de los músculos faciales, la luz LED y el oxígeno pulsado», explica esta especialista. Limpieza, exfoliación, masaje drenante, microcorrientes sobre los puntos de acupuntura del rostro para reactivar los músculos faciales , mascarillas de hialurónico y glicólico, fototerapia, Sérum Rénovateur Eclat y Crème 1er Cru Yeux. ¿El resultado de esta combinación? La piel, desintoxicada, se regenera desde el interior hasta el exterior. «El efecto recuerda al de los “peelings” dermatológicos, inyecciones de ácido hialurónico, láser o bótox, pero sin efecto invasivo», puntualiza Thomas. Y yo, que lo he probado, doy fe de ello.
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