El Gobierno logra relajar la presión sobre YPF

Cristina Fernández de Kirchner evitó ayer meter el «dardo» en los nombres de Repsol o su filial local YPF. La presidenta de Argentina no habló de renacionalización o expropiación de la principal empresa de hidrocarburos del país. La única alusión implícita se produjo al recordar que «YPF fue vaciada durante la dictadura». En esa línea, la presidenta protestó por «el aumento de importaciones» del pasado año a causa del relajo de la empresa. «Pasamos de entre 300 y 400 a más del mil millones de importación de combustible», recordó en el discurso de apertura de sesiones legislativas.

En el último tramo de un discurso de dos horas largas, Kirchner se comprometió a «asegurar el abastecimiento a los argentinos» de gasóleo. Lo hizo con un argumento sobre la mesa, «las armas que nos da la Constitución». Asimismo, reprochó a «las grandes empresas que quieren repatriar sus utilidades (beneficios)» y les dijo que estas «se deben a los subsidios que reciben». La visita relámpago del ministro de Industria español, José Manuel Soria, a Buenos Aires a principios de esta semana parece haber dado sus frutos y, de momento, YPF se queda como está.

Precisamente, Soria aseguró ayer en declaraciones previas al acto de entrega del «Premio ABC al Mejor Coche del Año 2012» que «no tiene ningún temor a una posible nacionalización de YPF» ante la situación creada entre el Gobierno argentino y Repsol. El ministro subrayó que YPF «es muy importante para España» y que se trata de una empresa estratégica porque es «la mayor inversión industrial» realizada para el país. El ministro de Industria aseguró que «se ha constituido un grupo de trabajo entre los dos gobiernos para contrastar la información de ambas partes y limar diferencias».

Después del tibio discurso de la presidenta argentina, los títulos de YPF se disparaban casi un 13% en la Bolsa de Buenos Aires.