La Unión Europea se dispone a abrir sus puertas a Serbia

Al final, se ha constatado que nadie se opone formalmente , pero no todos están listos para dar su visto bueno, en un juego de carambolas en el que el ministro español, José Manuel García Margallo, ha vuelto a poner sobre la mesa su resistencia a reconocer la declaración unilateral de independencia de Kosovo.

La posición española es una dificultad añadida a la misión que se le ha encomendado a la Comisión para que busque un “estudio sobre las opciones” para “un futuro europeo de Kosovo”, un documento que constituía a su vez una especie de de compensación para los países que tienen aún objeciones a aceptar a Serbia en las instituciones europeas. Entre ellos, el obstáculo tradicional es Holanda, que por razones históricas que datan de la última guerra de Bosnia y por el hecho de que alberga en su territorio el Tribunal Penal Internacional, no acaba de dar su luz verde. El segundo obstáculo es la pequeña Lituania, que mira a Belgrado como un aliado incondicional de Moscú al que no quiere ver sentado en el Consejo Europeo.

España mantiene su apoyo a Serbia, de quien Margallo ha dicho que “consideramos que ha cumplido con todas sus obligaciones” , aunque al mismo tiempo exige que el estudio encargado a la Comisión “no pueda interpretarse en ningún caso como un reconocimiento de la declaración unilateral de independencia”.

La responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se reunió en Bruselas con Tadic, y en una declaración a la prensa lelogió el trabajo realizado hasta ahora por Serbia y el "coraje" de su pueblo. " Hace tiempo que creo que el lugar de Serbia está en la UE , y creo que veremos al Consejo de Asuntos Generales avanzar en ese sentido".

Tadic, por su parte, sostuvo que Serbia ha hecho "todo lo posible para encontrar soluciones pacíficas a problemas que afectan a todos", puesto que "la meta estratégica de Serbia es convertirse en miembro de la UE".