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arte | XXXI edición

Arte para bolsillos modestos

Arco ofrece oportunidades para comprar obras a precios asequibles, siempre que no se apueste por creadores consagrados

Arte para bolsillos modestos

ANTONIO PANIAGUA

Comprar en Arco una obra de arte sin quedarse en la miseria es posible. A partir de 400 euros es posible encontrar piezas de pequeño formato de jóvenes artistas prometedores, generalmente hechas con materiales modestos. Eso sí, quien pretenda hacerse con un 'tapiès' o un 'barceló' sin rascarse el bolsillo que se vaya olvidando.

La obra más barata que se vende en Arco es 'Anillo para un tanque', del arquitecto Fernando Menis, que se puede comprar por 100 euros. Menis es el profesional que diseñó la reforma la Refinería del Espacio Cultural 'El Tanque' (Santa Cruz de Tenerife). La joya, producto del maridaje entre arquitectura y el diseño, está hecha con hormigón y cristales de Swarowski y es el símbolo elegido por la asociación cultural de amigos del centro cultural tinerfeño para conmemorar el 15º aniversario de esta instalación. La entidad ha realizado una edición militada de 150 piezas y cada anillo va incluido en un libro de fotografías conmemorativo.

Los aspirantes a debutar en el proceloso mundo del coleccionismo, afición que requiere un aprendizaje y formación continuos, pueden comenzar con una pieza de Mar Aza para la galería Cánem, que expone obras de esta artista nacida en 1973. Aza trabaja con textos recortados de libros y usa las libretas de ahorro "para infiltrar algo de poesía en el corazón de la desazón actual". Benveniste Contemporary exhibe los trabajos de Pat Andrea, 46 grabados editados y estampados que pueden adquirirse por 500 euros cada uno.

Efímeras

En la galería Raíña Lupa están expuestas fotografías preciosas de Jordi Mitjà cuyos precios oscilan entre los 400 y los 800 euros. Mitjà hace esculturas plegando páginas de libros, que luego fotografía. Las obras son efímeras, pues desaparecen una vez retratadas. Aunque el arte fotográfico no es barato -en Arco están los cotizadísimos trabajos de Alberto García-Álix, Cristina García Rodero, Wim Wenders o Robert Mapplethorpe-, a veces una buena instantánea en pequeño formato es más asequible que un lienzo. Otra clave para los no iniciados: las creaciones de artistas sin consagrar pueden constituir una buena oportunidad para comprar. Lo confirma Rocío Santa Cruz, de Raíña Lupa. Mitjà, quien pronto expondrá en la Fundación Miró, es un ejemplo de ello: a sus 41 años tiene ante sí toda una carrera por desarrollar.

Mabel Palacín no es una desconocida. No en balde, fue la representante de Cataluña y Baleares en la última edición de la Bienal de Venecia. Es la autora de '180º', una fotografía en gran definición de un lugar aparentemente nimio y que se puede fragmentar en múltiples puntos de vista y un sinfín de micronarrativas. '180º' representa un edificio, pero una fotografía de una habitación, por ejemplo, se vende a 1.000 euros más IVA. Según Quico Peinado, de Àngels Barcelona, "un comprador de arte no ha de ser necesariamente una persona de alto poder adquisitivo. Muchas veces se mueve por la pasión, una pasión guiada siempre por el conocimiento".

Como las viñetas del cómic ya se cuelgan en los museos, muchos autores de este arte hasta ahora marginado de las galerías empiezan a irrumpir en ellas. Es el caso Efrén Álvarez (Barcelona, 1980), que utiliza el lenguaje del cómic y el fanzine para denunciar con irreverencia los desaguisados de la oligarquía. Ha expuesto en el Reina Sofía y sus dibujos, pintados con lápiz sobre papel, se pueden ver ahora en Àngels Barcelona, galería que expone sus trabajos. Uno de ellos caricaturiza a Aznar y Zapatero para ilustrar con crudeza las relaciones de poder en la Edad Media. Sus obras rondan los 1.200 euros.

Àngels Barcelona da facilidades al comprador sin demasiados recursos. "He acordado con un joven con sueldo de becario que me pague una fotografía de Peter Downsbrough y que costaba 2.200 euros en cuatro o cinco plazos", dice Peinado. Este portavoz de la galería catalana confía en que los coleccionistas privados animen las ventas, a la vista de que muchos museos públicos, como es el caso de muchos de ámbito regional, como el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), no van a gastar un euro en la presente edición de Arco.

A medida que se asciende en la escala jerárquica de las galerías, los precios se van desorbitando. "Ocho mil euros es lo que llamo un precio para bolsillos pequeños", dice Isabel Ozores, de Ivorypress, la galería fundada por Elena Ochoa. Este centro aloja las cerámicas portentosas de Ai Weiwei, el disidente represaliado por el régimen de Pekín, una de las cuales se vende por 150.000 euros. Lejos, muy lejos de 'Study from the Human Body. Figure in movement', de Francis Bacon, por la que se piden 11,4 millones de euros.

Con todo, es posible adquirir una obra de Eduardo Arroyo a un precio moderado. La galería de Carles Taché lo hace. Vende un jarrón de este artista vinculado al 'pop-art' por 2.800 euros. No es una pieza única: forma parte de una tirada de 100 ejemplares. Taché no se anda con rodeos.

"Las grandes colecciones pertenecen gente rica. No obstante, Arco es un buen lugar para quien quiera iniciarse en la adquisición de obras de arte. No ha de visitar a otras ferias más pequeñas. Quien ama el arte va al Prado".

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