La reforma laboral, protagonista ayer de las protestas de los sindicatos

Con pancartas en la mano que caricaturizaban a la presidenta de Castilla-La Mancha en el personaje de película llamado «Cospe manostijeras», cerca de 60 empleados públicos se movilizaron ayer frente al edificio de los Servicios Múltiples de la Junta de Comunidades para protestar contra la Reforma Laboral propuesta por el Gobierno del Partido Popular. La de ayer fue el preludio, al que acudieron los sindicatos UGT, CCOO, SIC-GS, FSES, Intersindical CLM, USO y C-SIF, de la movilización que se celebrará el próximo domingo a nivel nacional, con un mensaje muy claro: «No es austeridad, son recortes», reza el eslogan principal.

Ana Palomares, de Comisiones Obreras, fue la encargada de trasladar el mensaje de un manifiesto que firman todos los sindicatos menos C-SIF, «que se suma a las movilizaciones por imperativo legal, pero no las convoca», apostilló Juan Carlos Illescas, presidente nacional de ANPE. En el manifiesto, los sindicalistasexponen que los problemas que existen no se pueden combatir tomando medidas con este plan, que «en caso de aprobarse, profundizaríamos la crisis y la injusticia den Castilla-La Mancha». Para evitarlo, Palomares pidió a los diputados que rechazaran las medidas y se trabajara por otra salidad «más justa y eficaz contra la crisis».

Los sindicatos pidieron al gobierno que que aumentaran las medidas contra el paro, y que no «provocaran»despidos y rebajas salariales con las medidas de la reforma. Reflexionaron acerca de la privatización de los servicios, y alegaron que «si es necesario ahorrar, no se puede introducir el negocio privado» porque «si lo hacéis conseguiréis que perdamos todos para que ganen unos pocos», argumentó Palomares.

La portavoz de Comisiones Obreras pidió además que pagara la crisis «quienes la han provocado» y propuso aumentar los ingresos públicos cobrando a «quienes más tienen» para no «asfixiar» a los más débiles.

Al mismo tiempo, criticaron el Plan de Garantías de Servicios Básicos, diciendo que

reduce la oferta de servicios excluyendo a gran parte de la ciudadanía, por eso pidieron a los diputados que apostaran por los servicio públicos, «no los ataquéis».

Por su parte, David Lozano, de STE-CLM denunció que con estas medidas se estaba creando un «ERE encubierto» en la función pública, acabando con más de 5000 empleos públicos. Criticó los despidos del personal no fijo y las condiciones laborales que estaban provocando, creando una sobrecarga laboral. Por ello, afirmaron ayer que estaban dispuestos a movilizarse hasta donde «podamos llegar», e invitaron a la huelga del próximo domingo para no perder las conquistas sociales que les ha llevado a perder el 16% de poder adquisitivo, entre las rebajas de sueldo que han sufrido desde entonces, sumado a la ampliación de jornada laboral de 25 a 37 horas semanales, «que influye en la calidad del servicio público», sentenció.

Los sindicatos ayer se mostraron dispuestos a la negociación, «no al diálogo que se hace en bares», dijo el presidente del ANPE. Y pidió que en las próximas mesas de negociación no imperara la imposición del ejecutivo regional, y se mostraran dispuestos a escuchar.