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Tradiciones con la ventaja del siglo XXI

El Mercado de San Miguel de Madrid, que reabrió sus puertas en 2009, se ha convertido en todo un éxito. Un lugar monumental, cargado de historia en el corazón del Madrid castizo, que está escribiendo una nueva página de su historia aglutinando a comerciantes, profesionales, expertos y entusiastas de sus respectivas especialidades.

El Mercado de San Miguel se ha convertido en un «Centro de Cultura Culinaria», como dicen en su página web. «El protagonista es el producto, y donde tengan presencia activa todos los grandes hechos y acontecimientos del universo de la alimentación. Un lugar de encuentro, dirigido al cliente, al profesional, al gourmand, al que busca información y consejo. Un lugar dónde, además de hacer la compra cotidiana, se pueda participar en actividades, degustar lo que se va a llevar a casa o simplemente, pasear o tomar algo». Esa es la filosofía en la que se va a inspirar el proyecto toledano, que también quiere llegar a los miles de visitantes, que se sienten atraídos todos lo días por esta ciudad.

El edificio madrileño es de planta rectangular con sus lados mayores orientados en el eje norte-sur. Son también dos plantas, cada una de ellas con una superficie casi 2000 metros cuadrados, mucho más grande que el que se espera construir en Toledo. En la actualidad los puestos de venta se han convertido en bares y en zonas de tapas con mesas altas. Para garantizar la higiene del local se construyó con entarimado. El diseño de hierro y cristal permite que la luz de su interior sea natural. Todo un acierto.

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