Hazte premium Hazte premium

Dívar advierte de los «efectos irreparables» del acoso al Supremo

El presidente del alto Tribunal defiende a los jueces que condenaron a Garzón por unanimidad

Dívar advierte de los «efectos irreparables» del acoso al Supremo

NATI VILLANUEVA

La comparecencia del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, en la Comisión de Justicia del Congreso se convirtió ayer en una suerte de «sesión de control» al que también es presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Dívar iba a presentar la Memoria del TS relativa a 2010 —con cierto retraso por la disolusión precipitada de las Cortes—, y se encontró con un portavoz encendido (Gaspar Llamazares) que, como había anunciado el día anterior durante la concentración proGarzón a las puertas del Supremo, no dudó en echarle en cara lo que considera una «cacería» contra el ya exjuez. «Usted tiene entre las manos un caso Dreyfus en España», le llegó a decir Llamazares, que tornado en una especie de Emili Zola (en versión española), entonó el «Yo acuso» en referencia al caso de espionaje que, a finales del siglo XIX, llevó a la cárcel al inocente coronel Dreyfus en Francia.

Pero antes de que esto pasara, durante el turno de palabra del diputado de Izquierda Unida, Carlos Dívar ya había llegado al Congreso con la firme intención de defender a los jueces del Supremo frente a la campaña de acoso que desde el pasado jueves sufren los siete magistrados del TS que, por unanimidad, inhabilitaron a Garzón por las escuchas ilegales de «Gürtel».

«Escándalo internacional»

Dívar alertó de los riesgos que tiene la deslegitimación del Poder Judicial sobre su credibilidad: sus efectos, dijo, «son de costosa y difícil reparación». En su opinión, en el ámbito de la crítica «no se pueden incluir las descalificaciones interesadas que, a partir de la interpretación sesgada de un caso concreto, presentan al órgano judicial como defensor de unos intereses ajenos, de uno u otro color, en lugar de analizar, desde el respeto a la decisión judicial, el contenido y alcance de ésta en la interpretación de las normas que aplica».

El presidente del TS no llegó a mencionar al exjuez de la Audiencia Nacional, y hubo que esperar al turno de Llamazares para escuchar el nombre del recién inhabilitado Garzón. Después de compararlo con el coronel Dreyfus, el diputado advirtió a Dívar: «Tiene entre las manos un perjuicio irreparable, no solamente a la justicia, sino a la democracia española, porque esta sentencia avergüenza a los ciudadanos de este país: para la mayoría es un escándalo internacional». Llamazares mezcló el caso de las «escuchas», en el que ya ha habido sentencia, con el de la «memoria histórica»: «Como en el caso Dreyfus —dijo— ha prevalecido el prestigio de la institución (allí fue el Ejército, aquí el Supremo) sobre la verdad en relación a unas víctimas que tienen tanto derecho a la justicia y a la reparación como cualesquiera otras», dijo, en referencia a los familiares de las víctimas de la Guerra Civil.

«No soy juez de jueces»

Dívar no quiso entrar a valorar la condena al juez: «A mí nadie me ha nombrado juez de jueces y, por tanto, me abstendré de juzgar cualquier decisión del Tribunal Supremo y de otros tribunales; lo que sí hago es acatarlas y respetarlas», respondió a un Llamazares que minutos antes había dicho que ni acata ni respeta la injusticia.

La falta de entendimiento por parte de la sociedad de algunas decisiones judiciales fue abordada en la intervención de la mayoría de los portavoces parlamentarios. Y en particular, hubo varias referencias al «caso Noós» y a las polémicas palabras de la portavoz del CGPJ, que consideró normal el trato «diferenciado» que el juez Castro está dando a Urdangarín al permitir que su declaración, el sábado 25, no sea grababa. Dívar intentó deshacer el embrollo de Gabriela Bravo: aunque todos somos iguales ante la ley, hay circunstancias que son diferentes. «La verdadera igualdad es tratar de forma diferente circunstancias distintas», dijo.

También en referencia a las «filtraciones» que en relación a esta causa está estudiando el CGPJ, Dívar se mostró partidario de limitar a un tiempo «exacto» y «cuidadoso» el secreto de sumario y evitar así el daño que al derecho a la defensa, a la intimidad y a la imagen produce el que datos de procedimientos sometidos a secreto salgan «por series» en medios de comunicación.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación