El mecenas de Gingrich en Las Vegas
A Newt Gingrich no le ha servido de mucho que su principal mecenas, Sheldon Adelson, sea uno de los mayores dueños del juego en Las Vegas. Adelson donó cinco millones de dólares a la plataforma de Gingrich, que fueron empleados para anuncios electorales en Carolina del Sur, y su esposa Miriam hizo lo propio en el caso de Florida. Pero los Adelson no le avanzaron fondos para Nevada, probablemente porque pensaron que era una causa perdida. Gingrich anda ahora buscando dinero sobre todo para el «supermartes» (6 de marzo), donde tiene posibilidades de ganar en algún estado, después de varias citas que de antemano ya eran favorables para Romney.
Hijo de un inmigrante judío que huía de los pogromos en Lituania, Adelson atravesó todos los estadios del sueño americano: infancia pobre (una sola habitación para toda la familia), juventud imaginativa (negocio de máquinas de golosinas) y madurez de éxito (irrupción en el mercado del juego).
Su gran entrada en Las Vegas fue con la construcción, en 1996, del Venetian, el gran complejo hotelero que recrea la ciudad italiana. Algo que después ha replicado aún a mayor escala el enclave chino de Macao.
Con su ayuda pecuniaria, Adelson premia la total defensa que Gingrich hace de las políticas del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
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