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COPA DEL REY

Semifinalistas por 2.000 euros al mes

Las dificultades de los equipos pequeños: construir una plantilla competitiva con poco presupuesto

Semifinalistas por 2.000 euros al mes AVELINO LÓPEZ

JAVIER ORTIZ DE LAZCANO

«Algo menos de 700.000 euros». Ramiro Revuelta, el presidente, citó a Carlos Lasheras (Beasain, 46 años) el pasado verano y le colocó sobre la mesa la cantidad con la que disponía para gastos de plantilla y cuerpo técnico. El exjugador del Alavés, Barakaldo, Aurrera de Vitoria, Zaragoza y Málaga quitó de inmediato una buena porción de la cifra inicial. «En esa cantidad van incluidos los gastos de los desplazamientos de los jugadores a los entrenamientos», explica en la sede del club, un piso situado en la céntrica Calle de la Estación.

En una ciudad tan influenciada en su desarrollo por los medios de transporte, Lasheras tiene en su cabeza las vías de ruta de los futbolistas: «Tenemos tres coches. Uno llega desde Vitoria (35 kilómetros) con cuatro jugadores, otro desde Logroño (60 kilómetros) con tres y el último desde Bilbao (90 kilómetros) con otros tres. Los guipuzcoanos (cuatro jugadores) viven aquí», explica. En clubes con tan poco dinero el origen de un jugador es algo primordial. «Cuando fichamos a un jugador tenemos en cuenta que puede aprovechar el coche que viene desde su zona».

EL CORREO ha podido saber que los sueldos van de 800 a 4.000 euros al mes. «La mayor parte de ellos —resalta el presidente—, cobran entre 1.000 y 3.000. De media, los héroes de la Copa se llevan 2.000 euros al mes». «No es que no nos acerquemos al Athletic, es que gastamos menos en plantilla que el Athletic», enfatiza Lasheras. Así es. Según las cuentas que facilita el propio Lasheras, hay al menos nueve plantillas más caras que la suya en el Grupo II de Segunda B. A saber: Alavés, Eibar, Real Unión, Ponferradina, Salamanca, Logroñés y los tres filiales, Bilbao Athletic, Real Sociedad B y Osasuna B.

Hay otro condicionante. La Segunda B es una categoría muy inestable. Hay muchos clubes que pasan de luchar un año por subir a verse abajo. «Esto provoca que no puedas hacer contratos de larga duración», explica el beasaindarra. Lasheras aterrizó en Anduva tras una salida de la secretaría técnica del Alavés en 2007. Dejó un club que entonces estaba en Segunda A por uno en Tercera. «Cuando me comprometí estaban jugando la fase de ascenso, pero no subió. En todo caso, mantuve mi palabra y di un paso arriesgado».

El ascenso se logró al siguiente año. Lasheras buscó veteranos que mostraran compromiso y que entendieran las limitaciones de la entidad. Hubo dificultades. «No nos engañemos, los jugadores que vinieron los dos primeros años en Segunda B era porque no tenían otro club mejor al que ir».

Lasheras ha establecido una relación de gran intimidad con Carlos Pouso, con quien come un par de días por semana. Entre los dos han diseñado esta plantilla de la semifinal. «El secretario técnico tiene una gran influencia en todo lo que ha pasado en este club. Ha sido capaz de lograr algo muy difícil, que desde su llegada el club crezca año a año», indicó el entrenador de Lamiako. Los elogios también llegan desde el otro lado. «Con Pouso este club ha dado el paso definitivo hacia arriba».

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