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La Generalitat incluye en la venta de su patrimonio la sede de Vicepresidencia

El Palacio de Català de Valeriola fue adquirido en 2003 por 8,8 millones y entrará ahora en la subasta de inmuebles que ultima el Consell

La Generalitat incluye en la venta de su patrimonio la sede de Vicepresidencia

A. CAPARRÓS

El Consell incluirá en el Plan de Optimización de Patrimonio la venta de la actual sede de la Vicepresidencia de la Generalitat, situada en el Palacio de Català de Valeriola, en pleno centro histórico de Valencia. El inmueble, que se levanta sobre el número 2 de la Plaza de Nules, data del siglo XV y fue adquirido por el Gobierno autonómico en 2003 a Urbanizadora 2000 —una promotora propiedad del empresario Francisco Roig— por un importe cercano a los 8,8 millones de euros, después de que experimentara una fuerte revalorización, que coincidió con los años del auge del sector inmobiliario.

Después de ser sometido a una profunda rehabilitación que había comenzado previamente en 2002 —la obra fue recepcionada cuatros años más tarde por la Conselleria de Hacienda—, la Generalitat decidió que el edificio albergara la sede de la Vicepresidencia, toda vez que se encuentra a escasos metros del Palau de la Generalitat y de las Cortes Valencianas.

Tras su adquisición, el Ejecutivo autonómico argumentó que «la nobleza del edificio» hacía posible que un órgano de máximo nivel se instalara en sus dependencias.

El Palacio de Català de Valeriola cuenta con 3.500 metros cuadrados de superficie útil repartidos en semisótano, planta baja y dos alturas, hasta completar un total de diecisiete metros. En 1972 fue declarado monumento histórico-artístico y conserva artesonados de los siglos XV y XVI. De acuerdo con el Registro de la Propiedad, el edificio está destinado a oficinas de la Generalitat, pero anteriormente estuvo catalogado con uso residencial. En ese caso incrementaría su valor patrimonial.

Vicente Rambla fue su primer inquilino en el año 2007. Tras él han pasado por su despacho Paula Sánchez de León y, en la actualidad, José Císcar, nombrado vicepresidente de la Generalitat el 30 de diciembre.

La decisión de sacar a subasta este inmueble lleva implícito el simbolismo que supone vender la sede del «número dos» del Ejecutivo autonómico—que volvería al Palacio de Fuentehermosa—.

Nuevas subastas

Sin embargo, el Consell continúa explorando nuevas vías para obtener ingresos y, como ha avanzado ABC, en apenas unas semanas comenzará a subastar bienes patrimoniales. Entre ellos, la mitad de los coches oficiales de su parque móvil y algunos edificios de su propiedad. De acuerdo con el calendario previsto, el Plan de Optimización del Patrimonio, que también incluye también otras medidas de ahorro energético, será aprobado por el pleno del Consell el próximo 10 de febrero y forma parte del paquete de medidas puestas en marcha por el Ejecutivo que preside Alberto Fabra para reducir el déficit público.

Los Presupuestos de 2012 ya contemplaban la venta de inmuebles por un importe de 393 millones, entre los que no se incluyó el Palacio de Català de Valeriola. Tampoco formaban parte del paquete escogido inicialmente las sedes del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y el Instituto Valenciano de Estadística (IVE), situadas en la Plaza de Nápoles y Sicilia, también en pleno centro histórico de la capital autonómica.

Estas dos instituciones, al igual que las actuales Consellerias de Bienestar Social y Economía —ubicadas en el antiguo hospital de La Cigüeña y en la calle Colón, respectivamente— se trasladarán al complejo administrativo 9 d'Octubre, que el Consell pretende inaugurar a finales de año.

Antes, sobre el mes de marzo, habrán salido a subasta el grueso de inmuebles propiedad de la Generalitat, que pretende pactar un alquiler transitorio con los eventuales compradores hasta que se haga efectiva la mudanza al 9 d'Octubre, cuyas obras avanzan a buen ritmo.

La inclusión de nuevos edificios propiedad de la Generalitat persigue el objetivo de incrementar los ingresos de tesorería para combatir el déficit de los dos últimos ejercicios. De hecho, en los Presupuestos de 2011 ya se incluyeron las ventas de patrimonio, pero las condiciones del mercado inmobiliario motivaron que el Consell optara por no sacar a subasta sus edificios, ante el temor de no cubrir sus expectativas económicas.

Forzados por el déficit

Esta circunstancia explica parte del déficit con el que se cerró el ejercicio. Ahora, a pesar de que la coyuntura no ha experimentado grandes variaciones en relación al año anterior, se ha tomado la determinación política de llevar a cabo la venta del patrimonio.

Las operaciones de carácter inmobiliario para reducir costes trascienden del propio Ejecutivo autonómico. De hecho, el PPCV estudia también trasladar su sede regional para ahorrar gastos de alquiler, como avanzó este periódico, siempre que el actual arrendatario no acepte revisar los términos del contrato.

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