Clint Eastwood, un guardia civil... y Colmenar Viejo
Un libro detalla las anécdotas de la «Trilogía del Dólar», de Sergio Leone, que se rodó en la Cuenca Alta del Manzanares
IGNACIO SERRANO
«Hijo, ¿por qué has hecho novillos?»
—Porque me fui a ver al señor Clint Eastwood disparar a los indios en la dehesa…
Primera mitad de los sesenta. Una y otra vez, los profesores de las escuelas de Colmenar Viejo asisten impotentes a la ... llegada de rivales imbatibles para captar la atención de los críos: nada menos que superestrellas de Hollywood como Kirk Douglas convertido en Espartaco o Charlton Heston en El Cid ponen el pueblo patas arriba con sus batallas durante semanas de rodaje, y convierten sus escenas de acción en un insólito espectáculo para los vecinos.
Cuando llega el turno de «una del oeste», por las aulas rueda un arbusto seco soplado por el viento. Las de indios y vaqueros son las favoritas de los niños, y bajo ningún concepto quieren perderse los tiroteos de «El Hombre sin nombre», también conocido como «El Manco», el recio vaquero interpretado por Clint Eastwood en «La Trilogía del Dólar», de Sergio Leone.
Y es que el spaghetti-western rodado en España no tuvo solo a Almería como cuartel general. En la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo se construyó el poblado de Lega-Michelena —tirado abajo en 1973 por la construcción de un helipuerto—, un escenario para duelos a muerte y multitudinarias peleas de taberna, que incluso se convirtió en las ciudades de White Rocks en «La muerte tenía un precio» y de Peralta en «El bueno, el feo y el malo».
¡Tres disparos, Clint!
Este ilustre historial cinematográfico de la localidad será recordado hoy en la presentación de «¡Clint, dispara! La Trilogía del dólar de Sergio Leone» (T&B Editores), 400 páginas con datos, anécdotas, planos, dibujos, fotos originales de los rodajes y otros materiales gráficos inéditos relativos al trabajo del director romano junto con Eastwood en este y otros municipios.
El libro también recoge las reflexiones del propio Eastwood acerca del mismo concepto de rodar un western en España, una idea que parecía demasiado excéntrica. «Pensé, en ese momento, que la película haría mucho dinero, o no haría nada. Seguramente lo último —opinaba el actor—. Me dije, “esto va a ser un fracaso, pero viajo gratis a Italia y España, y ya que nunca he estado en ninguno de los sitios, va a ser una buena experiencia. Y si los dados de la suerte salen bien, va a ser un bonus”. Así que viajé, e hice mi trabajo lo mejor que pude».
El rodaje de toda una saga dio para muchos encuentros entre Eastwood y los colmenareños, que llegaron a asistir a algunas de sus cómicas discusiones con Leone. «No, no, así no... ¡tienes que disparar tres veces, Clint!», le gritó el cineasta romano en una secuencia de un duelo a cuatro que observaba todo el pueblo. «He disparado tres veces, pero no lo habéis visto», contestó el actor enseñando el tambor de su pistola, demostrando que su gatillo era demasiado rápido para el ojo de la cámara.
El Manco español
Esta es solo una de las pequeñas pero muy entrañables historias que se vivieron durante los días de Eastwood en la localidad serrana, muchas de las cuales serán recordadas en el acto de hoy (a las 12.30 horas en el centro comercial El Ventanal de la Sierra), toda una reivindicación del papel de Colmenar Viejo como decorado de algunas de las más célebres películas de la historia del cine, contando además con una exhibición de «atrezzo» original de las mismas, y con la presencia del actor Paco Valladares, que puso voz al personaje de El Manco en la versión doblada de «El bueno, el feo y el malo». También participarán otros protagonistas directos de estos rodajes, como el ayudante de dirección de «La muerte tenía un precio», Julio Sempere, o el decorador de «Por un puñado de dólares», José Luis Galicia.
El libro, coordinado por el guionista y ayudante de dirección colmenareño Víctor Matellano —su abuelo Benito actuó como extra en «El Cid»—, también repasa las visitas hollywoodienses a otros pueblos de la comarca como Manzanares el Real y Hoyo de Manzanares —donde se rodaron algunas de las más míticas escenas del primer episodio de la saga, «Por un Puñado de Dólares»—, y a otros pueblos cercanos como Aldea del Fresno, cuyo tramo del Río Alberche fue convertido en el Río Grande para la secuencia de una masacre de mexicanos en «Por un puñado de dólares».
Esta extensa y ambiciosa obra también ha contado con apuntes de colaboradores de lujo, como sir Christopher Frayling, máxima autoridad mundial en la cinematografía de Sergio Leone, o el italiano Carlo Gaberscek, especialista en localizaciones de eurowestern, que no han dudado en participar en este proyecto patrocinado por la asociación «Colmenar Viejo, Tierra de Cine».
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