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Herrera y Patxi López se verán las caras el lunes para rubricar su colaboración

El lendakari viajará a Castilla y León para firmar el acuerdo. El Gobierno vasco quiere «hablar de todo» en la reunión

Herrera y Patxi López se verán las caras el lunes para rubricar su colaboración telepress

ITZIAR REYERO

El próximo lunes, día 23. Es la fecha previsiblemente llamada a entrar con mayúsculas y por la puerta grande en la particular historia de las relaciones entre Castilla y León y el País Vasco. Después de años de dos comunidades vecinas viviendo de espaldas, a partir de la próxima semana parece que se mirarán de cara. En principio, ese día, por primera vez, se sentarán frente a frente el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y el lendakari, Patxi López. Y, según confirmaron a ABC fuentes del Ejecutivo vasco, lo harán no sólo en un acto que afianza la tierra en el camino de la «normalización de las relaciones» entre ambos territorios por el que comenzaron a caminar el pasado 5 de diciembre, sino que, además, servirá para estampar la firma en el protocolo de colaboración entre ambos gobiernos con el que se busca impulsar y mejorar la prestación de los servicios, fundamentalmente a los ciudadanos de las zonas limítrofes, y colaborar en proyectos comunes.

La delegación encabezada por López viajará a tierras castellano y leonesas para rubricar el documento en el que sendos ejecutivos llevan un tiempo trabajando. Pero la reunión entre el lendakari y Herrera es mucho más que eso, es la escenificación palpable de la apertura a una nueva era en las relaciones entre ambos gobiernos, caracterizadas hasta el momento por años de desencuentros.

A la espera de que los equipos de Presidencia cierren sus respectivas agendas, según pudo saber ABC, ayer cobraba fuerza la opción de Valladolid para celebrar el encuentro, y no en Burgos, como pretendía el Ejecutivo vasco por razones de «cercanía geográfica». De hecho, la reunión en la que ambos Ejecutivos se sentaron por primera vez frente a frente y dieron por «normalizadas las relaciones» se celebró la capital burgalesa el pasado 5 de diciembre. Entonces, el consejero de la Presidencia castellano y leonés, José Antonio de Santiago-Juárez, y el secretario general de la Lendakaritza, Manuel Salinero, lideraron los equipos que, tras varias conversaciones telefónicas que allanaron el terreno, certificaron la voluntad «firme» de la colaboración entre sendos territorios en aquellas materias «que nos unen» y dejar a un lado los temas complicados que hasta ahora han dificultado el entendimiento y la cooperación. Entonces ya se marcó finales de enero o principios de febrero como fecha para cerrar rubricar el documento, que, si todo marcha según lo previsto, llegará antes de lo previsto. De Santiago-Juárez y Salinero, además de «varios» consejeros vascos aún por confirmar —se supone que sus homólogos castellano y leoneses también estarán— como el de Sanidad, Transporte, Educación o Cultura, materias en las que se quiere colaborar, estarán también en el encuentro. A la firma oficial del protocolo le seguirán diversas reuniones técnicas para detallar el contenido de lo acordado.

También temas espinosos

Aunque ambos gobiernos han apostado por «apartar las divergencias» y cerrar acuerdos en las materias donde sí convergen intereses, desde el equipo del lendakari se insiste en que también estarán sobre la mesa los asuntos más espinosos, como son las vacaciones fiscales vascas, el blindaje del txakolí o la situación de Treviño. «Tenemos la convicción de que hay más puntos en común de los que nos separan. Pero eso no significa que vayamos a apartar el resto. Hablar vamos a hablar de todo», aseguró a este diario una voz de máxima confianza de Patxi López. Precisamente la diferente visión y defensa de esas materias es la que ha jalonado la historia de desencuentros Castilla y León-País Vasco, que ni siquiera mejoró con la llegada del socialista Patxi López al Palacio de Ajuria Enea en mayo de 2009 con el apoyo del PP vasco dejando atrás treinta años de gobiernos nacionalistas del PNV en los que no fue posible ni la más mínima aproximación.

Y han tenido que pasar dos años y ocho meses para ver el apretón de manos entre Herrera y López. El optimismo con que el presidente de la Junta de estrechó la mano del lendakari en su toma de posesión en Vitoria ha tardado en cristalizar casi tres años. Entre tanto, han pasado varias cartas del presidente a su homólogo vasco y otros tantos encuentros para sentarse a la mesa frustrados. La primera misiva, ese mismo mes de mayo proponiendo la firma del protocolo en torno a quince materias comunes. La última y la que ha recibido respuesta afirmativa, hace dos meses y medio cuando Herrera escribió al resto de sus colegas para seguir avanzando en la cooperación horizontal que ha permitido firmar una treintena de convenios con otras regiones.

Cierre del círculo

El País Vasco era, hasta ahora, la última pieza que faltaba para cerrar el círculo. Pero ya ha habido otros intentos que no cuajaron. El primero se truncó en otoño de 2009, cuando el Gobierno de Zapatero pacto con el PNV el blindaje de las vacaciones fiscales vascas criticadas y denunciadas por la Junta. Hace casi un año, la producción de chacolí en el norte de Burgos anuló in extremis otra cita.

Ahora parece que el rumbo se ha enderezado y en tan sólo unos días el lendakari y Herrera sí se sentarán cara a cara.

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