Una crisis con más sombras que luces

El corte durante unas horas del suministro eléctrico en el instituto de mayor solera de Alicante se convirtió ayer en el icono más visual de los problemas derivados de las tensiones de tesorería de la Generalitat, que han propiciado retrasos en los pagos a los centros públicos y concertados para sus gastos corrientes. Una gestión a tres bandas entre la Conselleria de Educación, Iberdrola y la comercializadora Nexus permitió que la luz volviera a media de tarde de ayer al Jorge Juan de Alicante.

Los colegios, institutos y universidades han tomado en las últimas semanas el relevo reivindicativo —la propia alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, criticó a la Generalitat por haber dejado desatendido a un centro educativo— que a finales de diciembre enarbolaron las farmacias, con las que se han comenzado a regularizar los pagos pendientes, aunque todavía restan más de 120 millones de euros por abonar, de acuerdo con fuentes de los Colegios de Farmacéuticos.

Frente a este escenario en el que las quejas de multiplican por diversos frentes y mientras las redes sociales entran en ebullición —se han convertido en uno de los foros en los que los afectados por las demoras en los pagos— el Consell trabaja ahora en la elaboración de un calendario de pagos que permita preservar la prestación de los servicios públicos esenciales.