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Condenandos a entenderse

El pacto Trias-Fernández podría aplazarse unos meses, hasta la primavera o, incluso, tras el verano

Condenandos a entenderse I. BAUCELLS

àlex gubern

El acuerdo tendrá que esperar. Hoy vence el plazo dado por el jefe de filas del PP en Barcelona, Alberto Fernández, para aclarar si su grupo se integra en el gobierno de la ciudad junto a CiU o pasa a hacer una «oposición dura», tal y como ha explicado reiteradamente el popular. Aunque el acuerdo se señala como un asunto inevitable, vaya, que el matrimonio político con Xavier Trias se da por descontado, todo parece indicar que el mismo no va a consumarse ahora, y que la entente entre las dos formaciones podría aplazarse unos meses: a la primavera o, incluso, a la vuelta del verano.

A favor del acuerdo, un elemento nada desdeñable, el hecho de que dentro del grupo de CiU es el alcalde Trias el más convencido de que sus catorce concejales (la mayoría está en 21) hacen necesario un pacto estable con el PP, ya que, de otro modo, y recordando la experiencia de un Jordi Hereu gobernando en minoría, el mandato puede ser un camino de espinas. Es cierto que a los concejales de perfil más soberanista les entra el sudor frío sólo de pensar en un Fernández en funciones de vicealcalde, pero cierto es también que las voces más centradas del grupo de CiU, también las de mayor experiencia, entienden que el acuerdo va a ser necesario, pero han sugerido al alcalde que no es necesario correr.

Por el momento, CiU tiene aprobado el principal instrumento de gobierno para 2012, los presupuestos. A la vez, la posibilidad de que una CiU en minoría no pudiese aprobar el Plan de Acción Municipal daría buena prueba de la debilidad de su gobierno, pero no impediría el ejercicio del mismo, aunque las dificultades serían muchas. Es más, unos meses de gobierno en solitario, con Alberto Fernández apostado como francotirados en la oposición, podría ser la medicina que necesitan en CiU los escépticos del pacto. Algo así como una travesía del desierto para justificar lo inevitable, el pacto con el PP.

«Oposición dura»

En este escenario, está por ver cómo explicará hoy Fernández la nueva etapa política que se abre. Aunque anunció una «oposición dura» sino había acuerdo, nadie imagina al popular llevando las cosas hasta el punto de bloquear por completo a un gobierno al que hace pocas semanas le aprobó las cuentas. La convicción de que los ciudadanos votaron en las elecciones de mayo por el cambio en la ciudad hacen improbable que un PP intransigente frustre el acuerdo de gobierno: quizás no ahora, sí en unos meses.

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