Córdoba

Córdoba / EX DIRIGENTE DE IU Y EMPRESARIO

Luis Carlos Rejón: «Tengo síndrome de abstinencia»

Figura controvertida donde las haya, tiene la inusual virtud de producir titulares a espuertas. Es verdad que la paz de la sierra lo ha atemperado. Pero no tanto. Aquí está la prueba

Día 31/12/2011 - 10.40h
Luis Carlos Rejón: «Tengo síndrome de abstinencia»
felipe osuna

Compartir

Se fue de IU dando un sonoro portazo y hoy es un plácido profesor de Historia, mitad docente mitad empresario hostelero, que regenta un espléndido complejo rural en la sierra de Zuheros. Justo allí nos recibe una soleada mañana de invierno entre patios de estilo andaluz y refinados salones. Nada que ver, desde luego, con la adusta decoración soviética.

—¿Ahora está en la retaguardia o directamente en el retiro?

—En el retiro nunca. Quien nace lechón muere cochino. Pero no voy a reuniones. Me aburren mucho. Se ha perdido mucho tiempo en reuniones. Y en zancadillas.

—¿Ha curado sus heridas políticas?

—¿Dentro de IU? Bueno, voy a esperar a que terminen de estrellarse algunos y luego les diré: «Os lo dije».

—¿Tiene síndrome de abstinencia?

—Algunas veces sí, lo reconozco.

—¿Qué echa de menos?

—Una buena pelea dialéctica.

—Eso puede hacerlo ahora.

—No, no. Pero con pesos pesados y gente de categoría. Tenga en cuenta que la prensa del Parlamento andaluz me entregó siete veces el premio al mejor orador.

—¿Qué ha aprendido estos años?

—Como decía un personaje de Valera, la edad me ha hecho ser cada día más comprensivo con los demás. Y a lo mejor más crítico con mis defectos.

—Enseñanzas difíciles de digerir estando en la primera fila.

—A veces, si eres comprensivo con el otro te degüellan.

—¿De qué argumentos se ha bajado?

—He sido muy duro en algunos temas. —¿Y qué heridas le ha dejado el poder?

—La traición. Es lo que más odio.

—¿Qué es la traición en política?

—Cerrar acuerdos con alguien y venderte, engañarte, navajearte.

—Un pecado inevitable en este circo.

—Debería ser evitable. Cuando llevas aquí un tiempo te das cuenta de que has estado en el nirvana. La gente tiene otras querencias: no está todo el día pensando en política. Hace poco fui a Granada a una exposición fotográfica y estaba toda la clase política del PSOE. De pronto, le pregunté a mi mujer: «¿Yo me he vestido alguna vez como esta gente? ¿Me he parecido a ellos?» Me entraron ganas de vomitar. Yo no he sido de ellos y siento mucho si en algún momento me he parecido a ellos.

—¿Lo de Europa de los Pueblos fue un despecho amoroso?

—Fue uno de los muchos engaños. Me dijeron: tira tú para adelante y vamos detrás. Y tiré nada más que yo. El cabeza de lista, que era de CIU, dijo que lo más importante que iba a hacer en Estrasburgo era pedir que se hablara en catalán. Este es tonto. Pero más tonto soy yo por pedir el voto para él.

—¿Dónde está ahora políticamente?

—En ningún sitio. Si IU hubiera tenido un comportamiento medio razonable, con democracia interna y no un doble lenguaje cantinflero, hubiera estado trabajando con ellos. Pero estoy harto de tonterías. IU tiene una incapacidad tremenda. No tienen nada. Ningún proyecto, ninguna propuesta, no tienen cuadros. Hay unos cuantos viviendo del cuento y otros cuantos viviendo de ellos. Punto.

—¿Volvería?

—A IU jamás.

—Cuando le expulsaron de IU...

—No me expulsaron: me fui yo antes.

—Usted dijo que si IU ganaba las elecciones se iba al Magreb.

—Pero IU no va a ganar. Se ha convertido en un grupo intolerante sin una ideología de izquierdas. Decir cuatro tonterías de izquierdas no es ser de izquierdas.

—¿Qué es ser de izquierdas?

—Desde luego toda una mentalidad distinta en las relaciones sociales, en la educación, en el trabajo. Aquí hemos sido ricos porque hemos robado a la clase obrera del tercer mundo.

—¿Ha dejado amigos en el camino?

—Tengo los mismos amigos de verdad que tenía hace ocho o diez años. Los demás eran adláteres.

La salida de Rosa Aguilar

—¿Se ha repuesto ya de la espantada de Rosa Aguilar?

—Rosa estaba en la zona intermedia de PSOE e IU y, con todos sus defectos y virtudes, se le hizo la vida imposible por gente mediocre y mezquina. Cuando le pidió perdón a Felipe González, el único que escribió un artículo durísimo contra ella fui yo. Los demás se callaron como putos.

—¿Pero qué le pareció su cabriola política?

—No era una cabriola política. Lo veía venir. Eran zancadillas, traición, desprecio y desautorización cotidianas. A dios gracia, ni los matrimonios son para toda la vida.

—¿Sigue siendo su amiga?

—Sí. Hablamos mucho. Bueno, no estoy muy de acuerdo con lo que ha hecho, pero tengo respeto por ella.

—Aquello pareció una operación mercantil de alta dirección.

—En la operación había muchos más para irse pero ella dio el salto antes.

—¿Había más gente que no se fue?

—Y además altísimos cargos en IU.

—Anguita dijo que había sido de las peores villanías.

—Julio tiene mala memoria. En IU ha habido mayores villanías.

—¿Por ejemplo?

—Eso lo dejo para las memorias.

—¿Qué conclusiones saca del fenómeno de Rafael Gómez?

—Yo ya lo advertí. La campaña de las municipales fue de chiste. Y les dije: «¿Qué creéis que son las elecciones? ¿Un baile en Versalles?» Las elecciones son una cosa mucho más cruel. Los votos de Gómez, según el IESA, son del PSOE e IU. La culpa la tenemos los partidos democráticos, fundamentalmente los de izquierda. Se lo hemos puesto a huevo.

—¿El de Gómez era un monstruo electoral que habitaba dentro de IU?

—El problema es que no ha habido un faro. Los barcos se han perdido y se han estrellado contra las costas. Hacer política de izquierdas no es quitar los barros cuando hay inundaciones. Una noche, Rosa, Andrés y yo fuimos al Arroyo del Moro. Había parejas jóvenes, urbanismo de ladrillo visto, pisos con gran piscina y mucho Audi en la puerta. Muchos nos han votado. Les hemos dado un hábitat y el hábitat conforma ideología. Esto no es urbanismo de izquierdas, dije. Andrés me contestó: «¿Cómo que no? ¿Estos no son honrados?». Ser honrado no es ser de izquierdas: es ser honrado. Esta gente terminará por no votarnos. Porque no nos ve. ¿Qué le decimos nosotros a esa gente?

—¿Cómo se explica que un votante del PCE al día siguiente vote a un constructor inmobiliario?

—Porque debe estar asqueado. Yo viví en Marbella el cambio con Gil. Los que había, PSOE e IU, eran corruptos, y él dijo: «Voy a enriquecerme pero voy a repartirlo con vosotros».

—¿Qué falló en IU?

—Indiscutiblemente la no presencia de Rosa y el agotamiento de un modelo.

—¿IU ha tocado su suelo real?

—Puede bajar todavía un poco más.

—¿Se ha acabado el Califato Rojo?

—Sí. Aceptémoslo.

—¿Cuál ha sido su mayor decepción?

—La noche del 28 de octubre del 82.

—¿Guarda muchos secretos inconfesables?

—Sí. Ahí se quedan. Por ahora.

—¿A qué revolución aguarda?

—A que la clase política deje de tener a tanto tonto y tanto vividor en sus filas.

—¿Se le han caído todos los paraísos?

—No los construí.

—¿Y Cuba?

—La están puteando mucho pero debería haber abierto las cárceles e iniciado un proceso democrático. Y si se pierde el poder, te jodes.

El PSOE y el poder

  • Compartir

publicidad
Consulta toda la programación de TV programacion de TV La Guía TV

Comentarios:
Lo último...

Copyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U.