Marisa Naranjo supera la maldición de las uvas

«Estos son los cuatro cuartos. Verán que el sonido es diferente…». Y allí sonaban cuartos, octavos, novenos, décimos… «Aquí comienzan las doce campanadas…», soltó cuando habían acabado y se oía a la multitud celebrando el cambio de año. «Ha terminado 1989» , dijo al darse cuenta. Y a continuación: «Espero y deseo que hayan tomado las doce uvas sin precipitaciones y de acuerdo a como hayan sonado».

Fue el último año sin presentador, que era lo tradicional (lo de Naranjo era locución). Al siguiente, TVE encomendó la tarea, ya dando la cara, a Martes y Trece.

Esta tarde, Marisa Naranjo estará en «Otra movida» con Florentino Ferández, Anna Simon y Dani Martínez Ya ha pasado por «El hormiguero», donde contó con cuartos y señales lo que pasó esa noche. Estaba al fondo de un pasillo, sin ventana, lejos del reloj y con una diminuta pantalla. Una retransmisión a ciegas. Y eso que había estado «todo el día con don Vicente, el del reloj» . Nada que ver con las actuales, asistidas por los comecocos de MasterCard. Para el telespectador, las campanadas de ahora son a prueba de presentadores. También el año que Irma Soriano se equivocó, había un cartelito de Koipe acompañanado cada tolón, así que a la gente que veía Antena 3 le dio igual.

Que se hagan el día antes tampoco es nuevo. Pasó en Telecinco en 2002 (aquello de las barcas en Muxía presentado por Mercedes Milá). En Nochevieja se emitió el ensayo que se había grabado el día anterior. Y con unos segundos de antelación. En Telecinco recibieron el año antes que nadie (muy sorprendente teniendo en cuenta que estaban en Galicia). La cadena lo justificó por el mal tiempo. Es solo uno más de los sucedidos chuscos que adornan el cambio de año en la televisión.

«Mil campanas suenan en mi corazón, qué difícil es pedir perdón...». Es, claro, la famosa canción de Alaska y Dinarama. ¿Estarían pensando en Nochevieja Nacho Canut y Carlos Berlanga cuando compusieron «Ni tú ni nadie»? Pero todavía hay más letra que se acomoda: « Qué fácil es atormentarse después, pero sobreviviré. Sé que podré, sobreviviré ». Esto también podría aplicarse a Remedios Cervantes, que acaba de sumarse al club de los que meten la pata. Unos días antes de Nochevieja. Pero ya no es la época de Marisa Naranjo (aunque Orson Welles y H. G. Wells son más antiguos). Tiene toda la pinta de una broma muy bien montada. A ver.