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análisis

El botón nuclear de CiU

joan carles valero

La reforma exprés del artículo 135 de la Constitución Española para garantizar la estabilidad presupuestaria, aprobada en septiembre con el refrendo del PP y del PSOE, ha demostrado al mundo que España no quiere incrementar su historia de suspensiones de pagos. Nuestro país, que inventó los bonos soberanos como promesa de pago en oro, atesora nada menos que 17 «default», como recuerda constantemente la prensa económica anglosajona.

La reforma constitucional dice explícitamente en su punto tercero que el pago de los intereses y del capital de la deuda pública «gozará de prioridad absoluta», además de que «no podrá ser objeto de enmienda o modificación». CiU no la respaldó por cuestiones formales (no apareció en la foto) pero sus dirigentes no pueden menos que suscribirla de cabo a rabo, a menos de arriesgarse a perder la buena imagen que el gobierno de Mas se ha granjeado en Europa en el año que lleva aplicando recortes y medidas de austeridad.

Andreu Mas-Colell anticipó en septiembre el mismo espíritu cuando advirtió que antes se dejaría de pagar el sueldo a los funcionarios que la deuda. ¿La Europa responsable y austera empieza en el Ebro o por el contrario Suramérica llega hasta los Pirineos? La retención que ha practicado el Govern a los 230.000 empleados públicos a cuenta de una paga que no ha abonado, evidencia que las prácticas de abuso político alcanzan al autogobierno catalán. Aceptar el error deja al descubierto que el Govern está empeñado en socializar el dolor. El peaje en el gasto farmacéutico, mediante un euro por receta, aplica progresividad a quienes más necesitan los medicamentos. Como si caer enfermo fuera una elección al igual que gastar más agua o circular por una autovía, extremos que nadie discute pagar más si se incrementa su uso.

Socializar el dolor y culpar a España de ser la causante de las desgracias de los catalanes abona el respaldo popular del soberanismo. Mientras, el Govern abre otro frente al encabezar una desobediencia fiscal mediante el «tancament de caixes» ante Hacienda y la Seguridad Social. Pero solo un poquito, se ha apresurado en señalar Mas-Colell, como aquella hija que anuncia a sus padres que está un poco embarazada.

Con los vascos echados al monte y España bajo amenaza de ser intervenida, Cataluña escenifica la guerra fría. El eurodiputado convergente Ramón Tremosa, comentaba ufano en la comida de Navidad ofrecida a los cronistas barceloneses, que si el Gobierno de Rajoy no acepta una nueva relación fiscal con Cataluña emulando los länder alemanes, a CiU le queda el recurso del botón nuclear: anticipar las elecciones autonómicas presentándose ante el electorado con una opción secesionista. Voy a encargar un refugio.

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