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El proyecto Simeone
El Atlético se la juega hoy con el Albacete y con Gregorio Manzano al borde del adiós
JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
Según proclama el estilo de gestión imperante, fuera de la regla natural o del orden común, el Atlético mezcla su futuro inquietante en la Copa con los primeros pasos del proyecto Simeone . Seis meses después de consumar un matrimonio condenado al interruptus ... con Gregorio Manzano , los dirigentes del club se han decantado por un fetiche rojiblanco coreado en las gradas del Calderón desde hace años. Hoy el Atlético y Manzano se pueden decir adiós por segunda vez en un partido crucial, ocultado por el maremoto de los últimos días: dieciseisavos de final de la Copa del Rey frente al Albacete con un 2-1 para los manchegos.
La noticia surgió por insólita en la madrugada del lunes al martes. Una dimisión de un entrenador de fútbol. Diego Pablo Simeone (41 años) pegó el portazo en el Racing de Avellaneda argentino y envió a su hermana y representante a gestionar el adiós. El recién elegido presidente, Guillermo Cogorno , lo había ratificado en el banquillo del popular club de Buenos Aires nada más acceder a la poltrona, pero Simeone ya había dado un giro a su vida. Repescó de alguna manera aquellas palabras que pronunció cuando se marchó del Atlético, en 2004, con Manzano en el banquillo: «Sé que la oportunidad para entrenar al Atlético me va a llegar algún día».
Simeone se marcha del Racing con final de destino en Madrid, donde le espera la coyuntura en tiempo y lugar que reclamó una vez al destino. Su ayudante en el Racing de Avellaneda era otro ex atlético, el «Mono» Burgos , quien ocupará el mismo puesto en el Manzanares si se confirma la contratación.
Cholo Simeone es la solución que ha encontrado el consejero delegado del Atlético, Miguel Ángel Gil Marín, para taponar el rugido de la grada que apunta, particularmente este año, a su cabeza. El argentino es uno de los héroes del primer doblete, el de 1996, en aquella alineación de iconos: Molina; Geli, Santi, Solozábal, Toni; Caminero, Vizcaíno, Pantic, Simeone; Kiko y Penev. Un jugador con carácter que contagió a la parroquia durante tres temporadas (de 1994 a 1997) por su espíritu indomable, su afán de superación, su ambición por ganar y el sentimiento de pertenencia a este club.
Desde entonces es intocable para la grada del Calderón. En 2003 regresó al Atlético después de su periplo italiano (Inter y Lazio) y aunque ya nada fue lo de antes por lo que respecta a los títulos, Simeone nunca perdió su espacio en el santoral atlético.
«Ya llevaba un entrenador dentro cuando era jugador», ha comentado Kiko en más de una ocasión. Su trayectoria como técnico arrancó unas horas después de cesar como jugador en el Racing de Avellaneda (2005). Siguió luego en el Estudiantes de la Plata (campeón del Apertura), el River Plate (campeón del Clausura), San Lorenzo (siempre en Argentina), Catania italiano (evitó su descenso a segunda) y finalmente el Racing desde el pasado verano.
Es un entrenador de corte vigoroso, amante del fútbol enérgico y de velocidad constante. Más o menos, como era de jugador. Sus críticos le achacan falta de mano para dialogar con los jugadores y en ocasiones un juego demasiado cuateloso. En Madrid volverá a trabajar con Falcao , al que dirigió en el River Plate en 2008. También se encontrará con su teórico nuevo jefe, Caminero, con el que la leyenda cuenta que tuvo algún roce en el pasado. En principio, firmaría hasta junio.
En este clima, el Atlético recibe al Albacete (20.00, Canal+ Liga) con la obligación de remontar el peligroso 2-1 de la ida. Y todo apunta a que será el último partido de Gregorio Manzano en su segunda etapa rojiblanca.
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