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El incendio que no cesa

La licencia de día, cuota que cobra la RFEA a las pruebas de su calendario, provoca deserciones y el enfado de los atletas

El incendio que no cesa

MIGUEL ÁNGEL BARROSO

Que el atletismo español es refractario a la tranquilidad es una verdad casi absoluta en los últimos tiempos. El último embrollo viene a cuenta de la licencia de día, un canon que la Federación cobra a las pruebas que figuran en su calendario para cubrir los seguros de responsabilidad civil y accidente. Atletas y organizadores le han declarado la guerra porque creen que perjudica sus intereses.

La cuota entró en vigor el pasado 1 de noviembre después de que se apagara el penúltimo incendio, el carné de corredor, credencial de fidelización para participantes en carreras populares que, con un coste de 9 euros anuales, ofrecía respaldo federativo y descuentos en tiendas y servicios .

Los promotores no estuvieron dispuestos a hacer de recaudadores de la RFEA y, sobre las brasas de la polémica, el documento se hizo voluntario y gratuito, con la posibilidad de obtener un carné plus —manteniéndose el precio de 9 euros— con beneficios adicionales para su titular: descuentos en la inscripción de carreras, promociones, etcétera. El fracaso provocó el despido del responsable de su implantación, el ex atleta Luis Miguel Martín Berlanas .

Ahora, la licencia de día ha vuelto a destapar la caja de los truenos. Un tercio de las pruebas (50 de 150) se ha dado de baja del calendario federativo, ya que no quiere cobrar 3 euros extra (5 en el caso de los maratones) a los corredores. Entre las «rebeldes» se encuentran el medio maratón de Vitoria, la Popular de Canillejas, los maratones de Sevilla y Barcelona, o la Behobia-San Sebastián . Los atletas becados no pueden participar en estas carreras, lo que supone un quebranto para sus bolsillos, que no están ni de lejos tan llenos como los de otros deportistas de élite.

«Se inventó el carné y como la ocurrencia patinó, se prueba esto», critica José Cano

José Cano, 32 años ya organizando una de las clásicas más prestigiosas, la de Canillejas, se muestra muy crítico con la medida. «Aquí hemos tenido a los mejores atletas del mundo sin el concurso de la Federación, que sólo se ha preocupado por nosotros cuando ha sentido necesidad de hacer caja . Hay 250.000 corredores populares en España, un caladero demasiado suculento para dejarlo pasar. Por eso se inventó el carné del corredor; como la ocurrencia patinó, prueba ahora con la licencia de día. La Federación ya recibe 2.500 euros del total de las carreras para pagar seguros, impuestos, delegados y jueces. ¿Qué más quiere? Debería recapacitar antes de que el enfrentamiento se encone».

Rafa Iglesias critica «el perjuicio económico y el deportivo»

En el lado de los agraviados también se encuentran atletas como el fondista Rafael Iglesias . «En nuestro contrato federativo consta que sólo podemos participar en pruebas oficiales. Al producirse la desafección de algunas citas clave en nuestra calendario el perjuicio económico que sufrimos es importante, por no hablar del deportivo , ya que tenemos menos oportunidades para preparar las mínimas que nos exigen para conseguir plaza para los Juegos Olímpicos de Londres. En mi caso, no he podido defender el título en la Behobia-San Sebastián; mi patrocinador (Adidas) me contrató para que participara en esta clásica y ahora podría romper el contrato si quisiera. La Federación ha entrado como un elefante en una cacharrería. Ha faltado diálogo». Si un atleta becado decide ser de la partida en una de estas carreras se arriesga a una sanción económica y disciplinaria.

Cada uno su razón

«La RFEA no me deja competir en la MCD en Tarragona y el cross de Soria no quiere contratarme... ¿Alguien piensa en los atletas? Así nos va...». El maratoniano Chema Martínez lanzó este «tuitea» mediados de noviembre para quejarse de la situación provocada por la licencia de día.

Pablo Villalobos considera el canon un «trágala» sin consenso

Chema era el mayor reclamo del Maratón Costa Daurada. Acabó haciendo un entrenamiento sin dorsal y esperó a que los demás corredores concluyeran para felicitarles. Un papelón. Uno de sus compañeros de fatigas, Pablo Villalobos , apunta que cada cual tiene su razón. «Los atletas populares se quejan porque se encarecen las prueba s; los organizadores porque o suben el precio —con las protestas subsiguientes— o cargan con los costes y las pérdidas , y la Federación porque este ámbito necesita regulación». Pero Villalobos considera el canon obligatorio un «trágala» lanzado sin consenso que acaba perjudicando a todos los estamentos del atletismo.

Fuentes de la Federación Española de Atletismo que preside José María Odriozola declararon a ABC que esta iniciativa parte de la exigencia de la Ley del Deporte de poner orden en el calendario nacional de carreras , algo que hacen otras federaciones nacionales. «Eso incluye la homologación del circuito y el control antidopaje para los atletas internacionales. Pero es que, además, la RFEA es responsable civil subsidiario si ocurre cualquier contingencia, por lo que está obligada a contratar un seguro que tiene unos costes. Naturalmente no se obliga a nadie a formar parte del calendario. La Behobia-San Sebastián cerró su inscripción en mayo; la licencia de día no se ha aplicado de forma retroactiva, de modo que si esta prueba se ha salido del calendario ahora no ha sido por ese motivo. En cuanto a las quejas de los atletas becados hay que decir que su contrato con la Federación trae consigo ciertas obligaciones».

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