NBA
El anillo de LeBron James, ahora ¿o nunca?
Sin Paul ni Howard, a los Lakers les queda poco de interés en el mercado, donde han situado a Gasol, cuyo futuro es incierto
Mientras los Lakers y los Mavericks siguen tratando de encontrar el rumbo adecuado a su política de fichajes, en Miami se frotan las manos. Tras el fiasco que supuso la pérdida de la final del año pasado, en la franquicia del sur de Florida tienen claro que este debe ser su año. El mega proyecto de los «Beach Boys» debería encontrar el premio en su segunda temporada, más aún, si tenemos en cuenta que sus rivales, en lugar de reforzarse, han comenzado una preocupante reconstrucción.
A falta de una semana para que comience la temporada y con el cierre del mercado a la vuelta de la esquina, los Lakers siguen sin saber qué hacer para solucionar los problemas que les dejaron fuera de la lucha por el anillo el año pasado. Por ahora, el equipo de Jerry Buss lo único que ha hecho ha sido traer a Mike Brown como entrenador jefe y dejar marchar a alguno de sus mejores jugadores —Lamar Odom o Shannon Brown—. Además, la fallida operación para traer a Chris Paul ha puesto a Pau Gasol en el disparadero, con el consiguiente malestar del español, que se sabe moneda de cambio. Sin el base en el mercado (ya ha fichado por los Clippers) y con Dwight Howard decidido a quedarse un año más en Orlando, a los Lakers no les queda mucho donde elegir, por lo que quizá merezca la pena esperar al próximo año para pujar por el gigante de los Magic, que para entonces será agente libre y tendrá libertad para elegir equipo. Eso dejaría a Pau Gasol un año más vestido de dorado y púrpura. Una temporada sin la presión del título en la que lucirse y dejar claro que es imprescindible en un proyecto para luchar por el anillo.
A pesar de sus problemas y de la marcha de Odom , los Lakers seguirán siendo uno de los favoritos en el Oeste, donde se antoja un cambio de régimen. San Antonio sigue sin renovarse y su apuesta por Duncan, Ginóbili y Parker parece que ya está caducada. Los Thunder de Durant e Ibaka , finalistas hace unos meses, deberían seguir con su evolución al alza, mientras que los actuales campeones, los Mavericks de Dirk Nowitzki tratarán de reeditar la gesta que les llevó hasta el anillo en junio. Algo que parece improbable con el adiós de Chandler y Barea. En Memphis, los Grizzlies han seguido el camino contrario. Han optado por mantener el bloque que les devolvió a los play offs muchos años después y la apuesta pinta muy bien.
En el Este, el favoritismo total es de los Heat . Los únicos rivales con entidad suficientes para apartar a Wade, Bosh y LeBron de la final son los Celtics, que en un año atípico, con 66 partidos de temporada, no deberían sufrir tanto los problemas físicos de sus estrellas y los Bulls, a los que el año pasado solo les faltó creérselo para haber llegado más lejos.
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