Abejas para recuperar los parques Hayedo de Tejera Negra y Del Alto Tajo

El Parque Natural Hayedo de Tejera Negra , en el término municipal de Cantalojas , acoge uno de ellos (cada uno con veinte colmenas tipo Layens ). La Asociación Ecologista Dalma participó en el proyecto desde el principio, pues suponía un complemento perfecto para sus programas de repoblación de bosque autóctono en la zona.

El lugar escogido para su ubicación se caracteriza por su climatología extrema de frío, lluvia y viento (a unos 1.500 metros de altitud) y porque no se habían documentado colmenas de forma permanente en un radio de acción amplio. «Llevamos las colmenas en mayo. Y, en julio, para que las abejas siguieran trabajando, les retiramos el excedente de miel. Se encuentran muy fuertes y cuentan con reservas suficientes para pasar el invierno sin complicaciones. Nosotros no podremos subir a verlas hasta que la nieve que ya presenta el lugar se derrita», comenta Luis Pérez, presidente de FAA.

El Parque Natural del Alto Tajo , en la localidad de Selas , alberga el segundo colmenar. Se trata de un espacio que, poco a poco, se recupera del incendio de 2005 : más de diez mil hectáreas de masa forestal ardieron y once operarios de los equipos de extinción murieron.

«Allí nuestras abejas trabajarán incansablemente por intentar recobrar todo lo que se perdió en este paisaje de gran belleza; para que la naturaleza vuelva a emerger con fuerza», comenta Pérez. Los permisos para su localización se retrasaron «mucho», y las colmenas llegaron a finales de julio, en pleno estío veraniego, por lo que perdieron parte de sus reservas. «Posiblemente haya que alimentarlas durante el invierno».

«Colmenas para el comienzo» es otra de las actuaciones que contempla «Acción para la recuperación y mantenimiento de ecosistemas». Se facilita la incorporación de nuevos apicultores al sector previa realización de un curso, de manera que se mantiene la población rural y se polinizan sus áreas. A aquellos que superan la fase formativa se les ceden seis colmenas durante tres años para que desempeñen sus primeras prácticas.

La última «pata» del plan ha consistido en la retirada de enjambres de las ciudades para su posterior introducción en colmenas aprovechables para la apicultura. «Si no se recogiesen y tratasen morirían en uno o dos años , víctimas de la varroa y otras enfermedades oportunistas», señala Pérez.

Durante la campaña se recuperaron 49 enjambres: nueve en la provincia de Guadalajara y a lo largo del corredor del Henares por el personal de la FAA; y 40 en el resto del territorio nacional gracias a una red de voluntarios coordinados por la Fundación Amigos de las Abejas.

En noviembre, el Parlamento Europeo exigió medidas urgentes para frenar la alta mortalidad de las abejas dentro de la UE. «Su alarmante situación podría tener un impacto negativo en la producción de alimentos y en la estabilidad del medio ambiente», advirtió. Los eurodiputados pidieron más recursos para investigar sobre nuevos tratamientos contra la varroasis y cómo afectan los cultivos de organismos genéticamente modificados a su salud.