El Lucena cumplió de sobra en el Villamarín. No le pudo el miedo escénico ante el Betis B. Más que nada, porque casi jugó en casa. Su afición, entregada, le siguió para verlo en su papel foráneo de equipo serio, ordenado y peligroso. Con esos valores, el conjunto aracelitano sumó un punto en Heliópolis, que le vale para seguir arriba pero no para recuperar el liderato del Grupo IV de Segunda B.
En tan sugerente escenario, Rafael Carrillo, técnico aracelitano, optó por realizar un par de cambios. Devolvió a Mario al lateral derecho, sacrificando a Fran González, mientras que en la punta recuperó el sistema móvil de tres delanteros sin referencia, ya que Saad dejó su sitio a Fede.
El Betis, por su parte, salió a lo suyo. Es decir, a dominar la contienda agarrándose a su juego de toque virtuoso. Pero, pese a ese rol dominante del equipo adiestrado por Vidakovic, el Lucena se sentía cómodo, ya que de primera hora buscó acercarse en rápidas transiciones.
Pasada la fase inicial, el Lucena se sintió más a gusto aún y hasta adelantó líneas. Esta circunstancia incrementó los nervios de los verdiblancos, que no sabían cómo interpretar su estilo de juego. Por su parte, el Lucena encontró a un Quini incisivo, que abrió un ciclo de ocasiones de gol para los aracelitanos.
Sin duda, las más claras fueron para Mario y Obregón, quienes se sumaron al remate en sendas acciones de estrategia. Por momentos, el Lucena merecía más en el partido.
Pero el Betis B supo responder, confirmando que su condición de líder no era por casualidad. El filial verdiblanco sacó sus esencias para cercar la portería de Coca en 10 minutos que al Lucena se le hicieron largos. Carlos Fernández se topó con Coca, algo que también sucedió pocos minutos después a Edu Alarte.
El partido y, por consiguiente, el liderato seguían en juego en la segunda parte. Se calmó el partido en el comienzo de la reanudación. Y fue lo mejor para el Lucena, al que no le convenía que el ritmo del tramo final de la primera parte se mantuviera por mucho tiempo. Los celestes tuvieron en Rubén Cuesta a su canalizador de juego, pero las ocasiones se quedaron aparcadas por ambos equipos.
Así se dio turno a los técnicos. Vidakovic y Carrillo buscaron en Sophiane y Saad, respectivamente, soluciones de primera instancia. Pero no llegaron, aunque el partido volvió a reactivarse en algo.
Diez minutos más tarde, el Lucena tuvo dos «uy». Javi Lara, recién entrado, no conectó con el balón dentro del área. A renglón seguido Lanza puso una falta que se estrelló con el lateral de la red, si bien más de uno vio gol. Algo similar le pasó al Betis B con una internada de Sophiane. Puso un medido centro a Rubén Díaz, pero su remate a cinco minutos del final tampoco encontró el camino de la portería de Coca.
Desde luego, por emoción no iba a ser en el descuento, pero ninguno de los equipos tuvo la frescura suficiente como para decantar el partido. El Lucena, por lo menos, sacó un punto de los que al final de una temporada puede tener mucho valor.
